Punto y seguido

La campaña electoral llega a su fin y lo hace con los políticos asustados ante la revolución ciudadana que en forma de acampada ha sacado a la calles a miles de personas en todo el país. Y no es para menos. Han sido años de crisis, de gobernar de espaldas a los ciudadanos y de cara a los mercados y a la gran banca; de hacer más caso a la Merkel, que a aquellos que sufren en sus carnes una crisis que va camino de convertirse en eterna. Y, mientras tanto, los políticos a lo suyo. Al y tú más, que se les da muy bien. Y todo, sin dejar de percibir el momio que les llega día a día por no hacer casi nada. Y aquí todos son culpables. Los unos por no gobernar y no gestionar esta crisis y los otros por no saber actuar desde una oposición responsable. Unos y otros, con su posición cerril no han sabido consensuar una postura común en beneficio de aquellos que les han elegido como sus representantes: los ciudadanos.

Unos ciudadanos que ante el abandono general han decidido tomar pacíficamente las calles. Y, curiosamente, ahora los políticos miran hacia ellos y les dicen que estén tranquilos. Vamos, que copien de los sindicatos, que llevan cuatro años dormitando. ¿Dónde están esos que dicen defender los intereses de los trabajadores? Y, sobre todo, ¿dónde han estado todo este tiempo?. Viviendo también del momio, que en este caso les llega en forma de subvención. Ese es el precio de su silencio. El último día del trabajo congregó en León a medio millar de personas y eso con 11.000 parados. Alguno de los que hoy dirigen los principales sindicatos debería poner su cargo a disposición. Bien estar seguir al pie de la letra las directrices del sindicato, pero hacer lo que mandan los políticos no es de recibo. Y si no que se lo pregunten a la UGT.

El domingo es el día de los ciudadanos. Ellos, con su voto soberano, decidirán quién quiere que les gobierne. Claro que después, el día 23, serán nuevamente los políticos los que actúen a su antojo. Ya lo dijo Herrera ayer en el mitin: «Es importante ganar, pero hay que gobernar». Y alguno, para gobernar, hará cualquier cosa. Los pactos, seguro, no se harán en beneficio de los ciudadanos sino de los políticos, de algunos políticos. Y no sería de extrañar, por ejemplo, que el PP le ofreciera una de las vicepresidencias de la Diputación, por ejemplo, a Lázaro García Bayón a cambio de la alcaldía de León. No lo descarten. En cualquier caso, lo del domingo es sólo un punto y seguido.