El aeropuerto renace en verano

El aeropuerto de León está en horas bajas, tanto que en los últimos años no ha hecho más que perder viajeros, una pérdida que ha motivado, por ejemplo. el cierre de la cafetería que, ahora se sabe, no cuentra nadie que la quiera porque, evidentemente, sin viajeros no es rentable. Un aeropuerto en el que se han invertido millones y millones de euros, más de ochenta en los últimos años para ampliar la pista y poder recibir grandes aviones, para instalar el sistema de aterrizaje ILS y para construir una nueva terminal. Pero lo que faltan son vuelos, son compañías que quieran aterrizar y despegar desde el aeropuerto de León y eso sólo parece que sucede en verano. Es ahora, a partir del mes de julio, cuando el aeródromo leonés parece resurgir cual ave fénix, para ofertar nada menos que cerca de 15.000 plazas para los distintos destinos de playa de la geografía española. 15.000 plazas que se reparten en siete rutas desde julio a septiembre. Unas cifras que vienen a demostrar que en León, si hay ofertas de vuelos y éstas son atractivas, también existen pasajeros para llenar esos aviones. Claro que, después, volverá el otoño y el invierno y el aeropuerto se quedará con su reducida oferta. El aeropuerto de León renace en verano, pero hace falta encontrar ofertas para todo el año.