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Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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No hay que precipitar los acontecimientos ya que ellos siempre se aparecen a su tiempo. El tiempo, del que sólo sabemos que es sucesivo, es nuestra materia constitutiva. Cuando Marcel Proust vio a un amigo difunto se extrañó mucho. «El tiempo ha huido de él», dijo. Cuando yo vi a mi primer muerto afectuoso, el abuelo Ramón, que fumaba mucho, advertí que se había transformado súbitamente en un extranjero. Todos los que abandonan este mundo, que es bueno y malo, pero es el nuestro, tienen cara de preocupación. Sus deudos, incluso sus más queridos familiares, que es el vocablo que alude a un conjunto de colaterales y afines, se han dispersado tras las elecciones. Después del batacazo, el PSOE se dispone a incorporarse renqueante. Lo que dignamente pretenden los vencidos en las urnas es mantener el calendario. Cuestión de tiempo, una vez más. Siempre se le pide tiempo al tiempo, ya que sabemos que tiene los minutos contados.

¿Se está en condiciones de aguantar más en la actual situación? Según el señor Rajoy es no es posible, pero según el señor Zapatero es probable. Los partidarios eufóricos del primero piden el adelanto de las elecciones generales y los humillados en las urnas siguen rogando que se respeten los plazos ofrecidos. No puede haber acuerdo entre ellos y por lo tanto nos espera una tabarra importante ¿Se abren las primarias o se cierra el kiosco? Tras la desbandada de votos de la llamada izquierda al PP, donde no todos sus votantes son de la llamada derecha, la situación postoperatoria nos está haciendo olvidar los cuidados del enfermo.

Parece que ya habla, pero no se entiende claramente lo que dice. La respuesta está en los calendarios, que no tienen prisa en soltar las horas de su otoño anual, que este año puede caer en pleno verano. A mí estas cuestiones trascendentales me aburren mucho, en la misma medida en que no dejan de interesarme bastante.

La España que hagan quienes me cruzo con ellos por la calle será otra. Ojalá sea mejor.