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León

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Definitivamente el comité federal del PSOE convocará elecciones primarias para designar candidato a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales. La renuncia previa de Carme Chacón evita una confrontación a cara de perro con Alfredo Pérez Rubalcaba en un procedimiento del que los socialistas salieron malheridos en los últimas ocasiones. Evita también ir a las urnas y sobre todo someter a la castigada militancia a un sobreesfuerzo agotador que agravaría la depresión postelectoral.

El cierre de filas en torno a Rubalcaba alentado por Zapatero, que quiere dejar La Moncloa pero controlando la sucesión en el partido, convierte al vicepresidente en único aspirante socialista a la presidencia del Gobierno. Llega a esta situación con una alta valoración de los ciudadanos, superior a la del propio Zapatero e incluso a la de Rajoy, así como la adhesión, el reconocimiento y el cariño de su partido. Fue el líder de los socialistas el que se encargó de destacar esos y otros avales para el vicepresidente, el «mejor candidato posible» para frenar al PP en la reconquista del poder. O al menos para intentarlo. Zapatero, que pidió al comité federal un esfuerzo de unidad y de generosidad colectiva, destacó la honradez y capacidad de trabajo y sacrificio del candidato, con dos referencias emotivas en el sentido de que «es el que quieren los compañeros» y «el más temido por ETA», desmontando al tiempo los argumentos de quienes en los últimos días han hablado de enfrentamientos y conspiraciones. No parece verosímil considerar al vicepresidente como una especie de maquiavélico conspirador, sino más bien un animal político que ha colmado ya sus ambiciones personales y asume una responsabilidad para intentar salvar a su partido del desastre, pero con la intención de marcharse en cuanto lo haya hecho.

La normalidad de esta situación en Madrid, donde el alcalde Francisco Fernández reapareció después varios días en paradero desconocido y tras la debacle electoral, contrasta con incertidumbre y la desolación en León alentados por un muy debilitado líder provincial. «Todo es posible», dijo a las puertas de Ferraz sobre su futuro. Incluso que mañana haga mutis por el foro.