¡Qué listo!

A toro pasado no hay cornadas. Después de las elecciones todos aciertan en las predicciones, yo también. En mi haber está el que tiempo antes de los nefastos resultados del PSOE lo venía anunciándo, porque me resultaba ininteligible que nadie en ese partido cuestionase a Zapatero por no haber convocado antes elecciones generales si pretendía salvar algunos muebles. Era evidente que las elecciones del 22 de mayo se planteaban como plebiscito contra Zapatero. Si el secretario general de los socialistas fuese, no un patriota, sino un defensor de los intereses del partido se hubiese inmolado antes en unas generales y con ello hubiera satisfecho, como chivo expiatorio, los deseos mayoritarios de los españoles de castigarlo por su errática política económica. Meses después, es decir, el 22 de mayo, alcaldes y presidentes autonómicos no hubieran sufrido en sus partes la patada que los electores han dado al presidente.

Esto me parecía de pura lógica, pero en política nunca es verdad la que lo parece. Por ejemplo la derrota de Zapatero ha resultado ser una victoria, pírrica pero victoria, porque ha dejado sin poder a la mayoría de los barones del partido. Así, con tiempo, puede preparar su salida airosa del gobierno y del partido mediante la convocatoria de unas primarias -no el dedazo de Aznar, que no va con su talante. La rebelión de algunos barones con mando en plaza, como Patxi López, trastocó momentáneamente sus planes. Un congreso extraordinario, como pedía aquel, significaría renunciar a la secretaria general, convocar elecciones anticipadas y salir por la puerta de atrás. Zapatero, como otras veces en su carrera política, paró el golpe sacrificando a su peón, la lloroqueante Carme Chacón, desdiciéndose de las primarias y colocando como candidato a las elecciones generales al incombustible galgo Alfredo Pérez Rubalcaba.

Zapatero, ¡qué gran táctico!, se irá por la puerta grande sin perder ninguna elección: el sacrificado será el listillo de Rubalcaba. ¿Por qué han aceptado esta componenda los miembros del comité federal del PSOE? Por sus cargos. La convocatoria de elecciones generales significaría, dado que el aparato lo controlan aún los zapateristas, quedarse fuera de las listas y quien se mueve, Guerra dixit, no sale en la foto. ¿Por qué ha aceptado Rubalcaba? Un hombre que ha manejado los hilos del partido en la sombra piensa, en su arrogancia, que aunque pierda las próximas elecciones generales, que las perderá, sí puede controlar el partido en el congreso que necesariamente se habrá de convocar y ser el secretario general. Eso está por ver y que no se produzca en las bases una verdadera rebelión. Pero el que ha arruinado el país y destrudido al partido socialista, Zapatero se va a ir de rositas y sin derrota directa alguna. ¡Qué listo es el tío!