EDITORIAL
La crisis reaviva el debate de las Diputaciones
El PSOE se ha empeñado en abrir el debate sobre la conveniencia o no de las diputaciones provinciales. El propio secretario autonómico del partido en Castilla y León, Óscar López, ha defendido en no pocas ocasiones la eliminación de una instituciones que, según sus palabras, no sirven más que para asumir funciones que bien podrían ejecutar los ejecutivos autonómicos. Desde la Junta se muestran dispuestos a abrir este melón, pero en ningún caso quieren oír hablar de su eliminación definitiva.
Pero, quien realmente ha puesto en el disparadero la necesidad o no de las diputaciones ha sido el vicepresidente del Gobierno y candidato del PSOE en las próximas generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, que habla claramente de la «pertinente» supresión de este ayuntamiento de los pueblos. Y lo hace apelando a la crisis. Aunque acto seguido asegura que no se pude hablar de legislar en el corto plazo. Sea como fuere, lo cierto es que la existencia de las diputaciones en provincias como León, con 1.400 pueblos y 211 municipios, no puede ser igual que en otros territorios con municipios más grandes. Por eso, el resultado final debería salir de un debate pausado entre los grupos políticos y entre todas las administraciones. Los pueblos pequeños merecen, al menos, ese respeto.