El Bierzo abre la crisis en el PSOE

El varapalo electoral del PSOE en la provincia el pasado 22 de mayo se ha cobrado la primera víctima: la número dos del partido, Belén Fernández. Habían negado su existencia públicamente. Tanto el secretario provincial, Francisco Fernández, como su secretario de organización, Ibán García del Blanco, se preguntaban ¿dónde estaban los críticos? Una pregunta que se hizo aún más patente cuando en el comité provincial, en el que se analizaron los resultados en las municipales, sólo Demetrio Alfonso Canedo estuvo presente y ni siquiera intervino.

Pero la crítica interna y los críticos existen y se han hecho patentes en la primera ocasión que han tenido y lo han hecho dejando muy tocada a la dirección del partido en El Bierzo y en la provincia, tras dejar fuera de la lista al Consejo Comarcal a Belén Fernández. La crisis abierta en El Bierzo no parece que vaya a quedar en el movimiento ejecutado ayer por el sector crítico del Bierzo y apunta ahora a la lista a la Diptuación provincial y más concretamente al secretario comarcal del partido, Santiago Rodríguez.

Muchos han sido los movimientos que se han producido desde el 22 de mayo pasado, pero el de ayer viene a significar la graves crisis interna que vive el PSOE en la provincia, aunque se ha hecho patente en el Bierzo. Allí es donde primero se han movido para descabezar a la dirección comarcal y provincial. Sin duda, la pérdida de ayuntamientos como Cabañas Raras, Fabero y Cacabelos han venido a dañar aún más la imagen de una organización que ya salió muy tocada en la noche electoral. El hecho que el comité nacional del partido descartara el congreso federal hasta después de las próximas elecciones generales ha venido a frenar posibles movimientos internos en las provincias donde el desastre electoral ha sido mayor y, sin duda, ahí León se lleva la palma, porque salvo La Bañeza y Astorga, el PSOE ya no gobierna ninguno de los principales ayuntamientos. Los críticos del Bierzo han dado el primer paso. El rechazo a Belén Fernández significa decir no a toda la ejecutiva y abre una crisis interna de difícil solución.