Oportunidad para unir a los socialistas

Con el calentón de un inicio de verano realmente tórrido y el sofoco causado por los últimas informaciones a propósito de la revuelta protagonizada por el sector crítico berciano, ese cuya existencia se negó por activa y por pasiva desde la dirección del partido, afronta esta tarde la comisión ejecutiva provincial del PSOE una reunión seguramente subida de temperatura por las consecuencias sobrevenidas del fracaso electoral del 22-M y la sucesión de acontecimientos encadenada no tanto por esa derrota como por la actitud de los máximos responsables de la formación en un conflicto cuyas consecuencias están todavía por ver.

El revolcón sufrido por la candidatura oficial del partido al Consejo del Bierzo frente a la alternativa planteada por alcaldes muy significados y significativos que han conseguido mantener mayoritariamente la confianza de sus vecinos desataba un conflicto latente, agravado con las amenazas de expulsión de los alcaldes de Cubillos del Sil, ex presidente del propio órgano comarcal, y Arganza y de sanción para el ex regidor de Cacabelos, y de inmediato con la adhesión a la causa de éstos del alcalde de Camponaraya. La exigencia a Ferraz por parte de las alcaldesas de Villablino y Villafranca de que hiciese respetar a la dirección provincial los criterios de paridad en la candidatura a la Diputación y las alternativas que para la representación en la misma afloran desde distintos puntos de la provincia dan una nueva dimensión al problema, que lo es, y muy grave, para la dirección del partido, a la que en este episodio le ha faltado mano izquierda y le ha sobrado autoritarismo y quizá un punto de soberbia.

El «que disfruten de ésta porque ya no van a tener más oportunidades» del secretario de organización, Ibán García del Blanco, descubre la peor actitud de quien precisamente en mayor medida debe conducirse con moderación, talante y justicia. Tienen los socialistas hoy la oportunidad de demostrar que, efectivamente «en el PSOE nadie es más que nadie», como dijo su secretario provincial, Francisco Fernández, y aceptar que las discrepancias y el debate forman parte de las reglas del juego en democracia. Aunque sea interna.