Una batalla sin ganar y una pelea para no perder

Treinta años después de que Ponferrada, pionera en la provincia, incorporase las primeras mujeres a la Policía Local, apagados ya algunos clamores, superados ciertos prejuicios y redefinidos los estereotipos, lo cierto es que las leonesas sólo representan el 12% del cuerpo armado de la Policía Nacional, apenas un 4% en la Guardia Civil y entre el cero y el 25% en las policías locales. En la capital, seis de las quince agentes que integran la Policía Local lo hacen desde que en 1982 se abrieron las puertas a la mujer en el cuerpo. Recuerdan con cierta ironía que la oposición fue mixta con la única diferencia de que en las pruebas físicas a los hombres se les exigía saltar 1,65 metros por 1,60 a las mujeres. Diecinueve varones las superaron con ellas. Bembibre -"ninguna de ocho-" y La Bañeza -"cuatro sobre diecisiete-" representan los extremos de la disparidad de la presencia femenina en los cuerpos justamente cuando la Junta unifica los criterios para regular las oposiciones en las policías locales de manera que en las próximas promociones tengan las mujeres menos barreras en las pruebas físicas. Se habrá superado un problema importante, pero queda otro más grave: muchos municipios no cumplen la recomendación de tener 1,7 policías por cada mil habitantes. La crisis está detrás. Y esa pelea sí que es difícil ganarla.