LA VELETA
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A hora resulta que ni al presidente del Gobierno ni al vicepresidente, ministro del Interior y candidato a la presidencia por parte del Partido Socialista les gusta que la nueva marca de ETA, la coalición Bildu, acumule tanto poder, presidiendo la Diputación F oral de Guipuzcoa, el Ayuntamiento de San Sebastián y más de cien consistorios en la comunidad autónoma Vasca y Navarra. Ahora resulta que tanto José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba aparentan caerse del guindo como si el asunto no fuera con ellos.
Alguna vez he comentado que ciertos políticos, con sus actuaciones o declaraciones, piensan que los ciudadanos somos inmensamente tontos. No digo que a veces no tengan razones para pensar eso, pero no en este caso, donde Zapatero y Rubalcaba aparentan rasgarse las vestiduras por el asunto de Bildu. Ellos, que han sido los principales impulsores de la legalización de la nueva franquicia de ETA; ellos que junto con el lehendakari López no dejaron de mandar mensajes inequívocos, primero al Supremo y después al Constitucional, para que permitieran a esa coalición estar en las elecciones del 22-M, ahora quieren presentarse como los más indignados por las consecuencias que en pocas semanas está aparejando para la convivencia en el País Vasco la presencia de Bildu en las Instituciones.
Pero hay cuestiones que ya no cuelan. Por mucho que se empeñen Zapatero y Rubalcaba, para la historia quedará que ellos fueron los responsables políticos directos del enorme retroceso que en la lucha antiterrorista y en la lucha por recuperar la libertad en el País Vasco ha tenido la decisión de permitir la vuelta de ETA a las Instituciones sin que hubiera mediado previamente la disolución de la banda terrorista y la entrega de las armas. Ahora, el daño ya está hecho y no sirven lamentaciones. En pocos días hemos visto como los de Bildu, enormemente crecidos, han quitado la bandera de España, retirado el retrato del Rey, impedido que los escoltas de concejales del PP o del PSE entren con sus protegidos en los Ayuntamientos o solicitado la retirada del Ejército y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del País Vasco. Y eso sólo es el aperitivo de lo que está por llegar.
Por eso se entiende muy bien que los principales colectivos de víctimas del terrorismo hayan decidido dar un sonoro plantón al Congreso de los Diputados en el acto homenaje que en memoria de las víctimas había organizado la Cámara en la tarde de ayer. Las víctimas están hartas de estos homenajes organizados por unos gobernantes y políticos que al mismo tiempo permiten -”unos por acción y otros por omisión-” la vuelta de ETA a las Instituciones. Están hartas de que con la legalización de Bildu se haya pisoteado de forma tan vil su Memoria, su Dignidad y su Justicia. Y eso si, a Zapatero y Rubalcaba no les gusta nada lo que está pasando. Hace falta ser cínicos.