SGAE, un escándalo que pagan los ciudadanos

Llevan años dando lecciones de moralidad, de defensa de la legalidad y de lo que dicen son sus derechos y para eso lograron que se grabara con el polémico canon digital el bolsillo de los españoles. Y ahora se ha sabido que el presidente de la SGAE, Eduardo -˜Teddy-™ Bautista, y otros ocho miembros de la Sociedad General de Autores se lo estaban llevando crudo, según las informaciones que obran en poder de la Guardia Civil. La investigación abierta contra la Sociedad General de Autores, que ha supuesto la detención del presidente de la sociedad y de sus principales colaboradores por un presunto delito de fraude por el desvío de fondos de la SGAE, supuestamente, a sus bolsillos, viene a demostrar una vez más la falta de control que existe sobre determinas entidades que, a la vista está, tienen acceso a numerosos fondos públicos. Fondos que, dicho sea de paso, proceden del dinero que han recaudado de los bolsillos de los españoles, con un hostigamento a veces inusitado.

El Ministerio de Cultura, el mismo que sacó adelante el canon digital con el que la SGAE graba todos los soportes digitales, asegura ahora que no tiene competencias para controlar la actividad que realiza la Sociedad General de Autores, lo que viene a socavar aún más los derechos de unos ciudadanos porque es tanto como decirles que están a merced de cualquiera que, blandiendo la espada de la defensa de unos derechos intelectuales de dudosa titularidad, puede meterles la mano al bolsillo y obligarles a pagar, hasta por tararear la letra de una canción cualquiera.

Y ahora resulta que a estos defensores de la moralidad, de las buenas prácticas, la Guardia Civil les señala con el dedo como estafadores. Porque de confirmarse todos los extremos de la investigación, 'Teddy' Bautista tenía todo un entramado para supuestamente desviar los fondos que recaudaba a su bolsillo y a los de sus colaboradores, a través de toda una red de empresas y sociedades. Y ante esto, el Ministerio de Cultura, el Gobierno, en definitiva, no puede mirar para otro lado, porque el escándalo de la SGAE lo pagan todos los ciudadanos.