Roma como punto de inflexión para el aeropuerto

El aeropuerto de León languidece con pocos vuelos y con una pérdida continuada de pasajeros, tal y como demuestran las estadísticas que periódicamente emite Aena. Un aeropuerto que, desde que estrenó su nueva terminal, ha visto como ha cerrado hasta su cafetería, en lo que sin duda es la consecuencia clara de esa pérdida de viajeros. El verano supone un soplo de aire fresco para el aeródromo leonés, porque se incrementa la oferta de vuelos y con ella el número de viajeros, un ejemplo claro de que León, como el resto, precisa de oferta para satisfacer la demanda.

Es ahí donde deben intervenir las administraciones para dar ese primer empujón que permita la llegada de nuevas compañías y de nuevas rutas, que no tienen por qué ser regulares. Un aeropuerto puede mantenerse con buenas ofertas de vuelos chárter. Junta, Ayuntamiento y Diputación, todos están en este mismo barco y todos deben remar a la vez para mantener la actividad en un aeropuerto en el que se han invertido más de 80 millones de euros, que no deben echarse a perder.

La nueva ruta internacional, esta vez a Roma, que se une a la ya existen de París, debe ser un punto de inflexión que marque el inicio del despegue del aeropuerto leonés.