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León

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El verano es la época de las vacaciones, del turismo y, con ellas, de los contratos temporales para cubrir los puestos que se necesitan en el sector servicios para hacer frente a la mucha demanda a la que hay que atender durante los próximos meses. Eso es lo que se llama el trabajo estacional, también conocido como el trabajo por temporadas. Y es ese empleo, precisamente, el que ha hecho descender el paro en la provincia casi un 5%, lo que significa que más de 1.800 leoneses lograron quitar su nombre de la lista del paro. Una lista que en León supera aún los 36.000 parados. Un descenso del desempleo que también fue significativo en Castilla y León, con 9.100 parados menos, y algo menos pronunciado en el conjunto del país, donde las cifras de personas que abandonaron su condición de parados se aproximó a los 68.000.

Esta fuerte bajada en la cifra de desempleados es, sin duda, una muy buena noticia, sobre todo con la que aún sigue cayendo en la pequeña y mediana empresa leonesa, aquella que sufre la crisis como nadie. Pero este buen dato del paro debe ser valorado en su justa medida. Es un dato estacional y, además, ese junio no ha sido ni mucho menos el mejor de los últimos. Así y todo, bienvenidos sean esos más de 1.800 parados menos, pero esta buena noticia no puede esconder la dura realidad que aún se vive y se seguirá viviendo en la provincia, por una crisis que no parece tener fin. Esa realidad es la de los ERE, temporales o de extinción, y del cierre de las empresas. O la realidad del pequeño comercio, que ni siquiera con las rebajas prevé salvar un muy mal año, que viene a sumarse a los tres anteriores.

Esa es la verdadera realidad que se está viviendo en estos momentos y el descenso del número de parados es sólo un soplo que no puede frenar el hucarán de una crisis cada vez más virulenta. Los 1.829 parados menos deben celebrarse, pero el festejo debe ser en su justa medida, porque este descenso es simplemente estacional y por eso las administraciones no pueden dejar de mirar en una única dirección: la de crear políticas que generen empleo estable. Ese continúa siendo el reto.