EDITORIAL
La crisis congela el excedente de pisos vacíos
León cuenta con casi 10.000 pisos vacíos de nueva construcción que no se pueden vender. Esta es una de las consecuencias más claras de la crisis y demuestra que la metralla del estallido de la burbuja inmobiliaria aún no se ha eliminado en la provincia. En el caso de la construcción no es que el consumo se haya ralentizado, ha entrado en vía muerta. Si a esto, además, se le añade que el stockaje sigue siendo excesivo, como demuestran las cifras oficiales, la consecuencia es lógica: el número de pisos vacíos de León que no se venden supera en casi 7.000 los de toda la Comunidad cántabra o en 2.000 lo que tiene la provincia de Valladolid, pese al crecimiento de su capital en los últimos años.
Las lecturas de estas cifras deben ir más allá. Si en Valladolid, con más construcción, hay menos pisos vacíos que en León y en comunidades como Cantabria, también, sólo es debido a que aquí, en la provincia, la construcción se hizo sin un control de la demanda existente. Una demanda que ante la crisis se frenó drástricamente. León no puede absorber el volumen de pisos que tiene construidos y la crisis sólo ha venido a agravar aún más una situación que mantiene en jaque a un sector, el de la construcción, que no sabe cómo sacarse de encima ahora ese excedente de producción.