LA GAVETA
Ponferrada 2015
E l PSOE de Ponferrada lleva muchos años y etapas de fracaso y de vacío. Hace tiempo era un antiguo minero riguroso quien dominaba el cotarro. Bajo su control remoto sucedieron traiciones y tedio, y muy crueles desbancamientos. Tras aquel tiempo fallido, surgió una señora justiciera y osada que incendió los asientos de la oposición obteniendo como premio su promoción personal, algo siempre crucial en un dirigente.
Años anodinos vinieron más tarde; tiempo de líderes rurales que convirtieron el socialismo ponferradino en una macedonia de tendencias irrelevantes y vencidas. En las urnas y en la esperanza. Es lo que suele pasar con la mediocridad: que sirve de muy poco aunque les venga bien a sus vicarios. A los que no buscan tanto el poder -”que ven inalcanzable-” cuanto las dietas de la concejalía. Después de todos esos tiempos lastimosos emerge Samuel Folgueral como bocanada de aire fresco. Por estilo y acompañantes, el suyo parece un equipo con futuro. Su propuesta es distinta: más moderna e ilustrada, más cordial e inteligente. Aunque haya cosechado un resultado humilde, algo por otra parte inevitable. Pero los votos acudirán si Folgueral y los suyos van ahormando un discurso abierto y cosmopolita, sin dejar de ser ponferradino. El buen trabajo siempre da fruto y yo creo que Folgueral ha empezado esa nueva etapa, tan difícil, con talento y actitud. La meta es el año 2015, cuando se cumplirán dos siglos del nacimiento del más grande berciano, Enrique Gil y Carrasco.
La comarca necesita un discurso nuevo que Ponferrada debe liderar. El discurso de la ciudadanía, no el de los templarios. ¿A qué tanta pasión por aquellos caballeros ultramontanos, esotéricos y trasnochadísimos? ¿Alguien se imagina a Barcelona sometida al discurso de los almogávares?
Los templarios forman parte de un folklore histórico turístico que hay que defender, sin duda, pero nada más. La ciudad actual es mucho más hija de la MSP o de Endesa que del Temple. De la industria y del laicismo. De la inmigración interior y extranjera. La cultura y el universalismo deben marcar la agenda política del Bierzo. La cultura y el universalismo, que siempre han sido valores de la izquierda. Y que la derecha lúcida asume. a izquierda, además, debe librarse de las garras del nacionalismo y las del localismo. Que solo potencian lo sentimental y lo fácil. Es decir, lo que a muy pocos interesa allende el puerto de Manzanal. onferrada busca su lugar en el mundo aunque pueda parecer que ya lo ha encontrado. No es así: queda mucho por hacer. Y siempre quedará porque la vida es cambio; es reto, es camino. No sólo el de Santiago. a cultura es la que nos orienta en esa ruta, y debemos permanecer a su lado toda la vida. La vida de cada uno, también la vida de las ciudades.