Renta de Ciudadanía y compromiso moral

Cincuenta mil castellanos y leoneses se han interesado ya por la Renta Garantizada de Ciudadanía, una prestación autonómica que cumple seis meses de vida. La cifra muestra del interés suscitado entre la población por este subsidio que pretende garantizar unas condiciones mínimas de vida mediante una ayuda básica de 426 euros. De algún modo viene a sustituir a la prestación mensual por el mismo importe que el Gobierno concedía a los parados que hubiesen agotado todas las prestaciones por desempleo. Suponía un gasto importante para las exhaustas arcas públicas y encadenaba subsidios que desincentivaban la búsqueda de empleo, se justificó el Ejecutivo. Luego llegaron las subidas de la tarifa eléctrica y de otros servicios, la desaparición de los 1.350 euros de deducción por vivienda y la supresión del cheque bebé de 2.500 euros. En ese contexto, la medida adoptada por la Junta viene a resolver un deber de solidaridad en medio de una crisis tan dura como prolongada. El estado de bienestar y las sociedades modernas no pueden dejar tirado en la cuneta a ningún ciudadano que haya perdido su empleo y no encuentre otro por más que lo busque. Tenemos una obligación moral con los más desprotegidos y sobre todo con los que además tienen servidumbres familiares y están menos cualificados profesionalmente.