TRIBUNA
¿Anacronismo en la educación?
Eso parece indicar Ken Robinson, un experto en desarrollo de la creatividad, que dice: «La mayor parte de nuestros sistemas educativos están desfasados. Son anacrónicos. Se crearon en el pasado, en una época distinta, para responder a retos diferentes. Con el tiempo, se han vuelto cada vez más limitados». La grave crisis educativa, originada por las enormes deficiencias de la actual educación convencional, es un hecho cada vez más evidente. Y no olvidemos que esta crisis -como la de la salud- involucra a toda la sociedad, de una u otra forma, y no sólo a los profesionales (los educadores), precisamente debido a su importancia y trascendencia sociales. Quizás, por eso, sólo pueda ser resuelta mediante una nueva visión -ya naciente- del mundo, lo cual exige llevar a cabo cambios profundos en los hábitos y esquemas mentales y sociales de la vida diaria, así como la adquisición de unos principios y verdades lo más acordes posible con la auténtica naturaleza del ser humano.
Mientras los niños y adolescentes de hoy viven y crecen sumergidos en las nuevas tecnologías, es decir, en un mundo nuevo, los profesores, los padres y los mayores, en general, siguen haciendo uso de una enseñanza anquilosada, basada en formas y hábitos de hace siglos, centrada en unos resultados académicos y en el éxito externo y aparente, alejado de las verdaderas necesidades de las personas. De esta forma, la distancia generacional se agranda aún más. La educación convencional, en la que todos hemos sido educados, con sus bases en el sistema patriarcal y la ciencia clásica mecanicista y materialista, está completamente desfasada, es anacrónica. Esto prodigan los grandes expertos educativos, tanto del pasado como del presente. En España hemos conocido, en los últimos meses, gracias al programa Redes, de E. Punxet, algunos de esos expertos mundiales, verdaderos revolucionarios de la educación, como Richard Gerver, Marc Prensky, Ken Robinson o Kurtis Johnson
El educador y asesor, R. Gerver, mundialmente conocido como un experto en sistemas educativos, ha fundado la International Curriculum Foundation para ayudar a las escuelas y autoridades educativas a desarrollar sistemas de educación acordes con los desafíos a los que se enfrentan, ya hoy, las nuevas generaciones. Por eso, habla de una Nueva Educación. «La enseñanza -"dice-" tiene que estar a la altura de la era digital, con la creatividad como criterio máximo-. Pretende devolver la pasión por la enseñanza a los profesores y fomentar el placer del aprendizaje a los alumnos, para lo cual se requiere que los profesores asuman, con todas las consecuencias, la nueva realidad del mundo moderno y que los alumnos encuentren su lugar en esta sociedad.
Marc Prensky es un experto en educación del futuro. Colabora con la Institución Sek y la Universidad C. J. Cela. Dice Prensky que los alumnos, hoy, cada vez que van a la escuela tienen que desconectar su cerebro, debido a la diferencia entre lo que viven y sienten, ante las nuevas tecnologías, y lo que viven y sienten, en la escuela tradicional. Habla también de un hecho, ante el cual los padres están desorientados y sufren. Se trata de los llamados trastornos por déficit de atención por hiperactividad (los TDAH). Dice este experto que los niños no sufren un déficit de atención, sino que simplemente no escuchan en las clases porque se aburren. Sobre esto mismo, dice el físico F. Capra: «Es preferible hablar de la hiperactividad o de los impedimentos en el aprendizaje de nuestros hijos, en lugar de examinar los fallos de nuestras escuelas». Conviene reflexionar seriamente sobre este problema, tanto los responsables educativos como los padres.
En cuanto al ya citado, Ken Robinson, defiende que elevar los niveles de educación no sirve de nada, si los sistemas educativos están equivocados, si ya no son válidos. No está de acuerdo en la clásica división de ciencias y letras, con una clara superioridad de aquellas sobre éstas. Defiende que los famosos tests de inteligencia miden sólo una parte de las capacidades del ser humano, y dice: «Si el ser humano solamente tuviera las habilidades que se miden en los tests de inteligencia, la mayor parte de la cultura humana jamás habría existido». Dice también que uno de los motivos por los que es preciso modificar la educación y replantearse la creatividad, es «porque me parece -"afirma-" que, a no ser que cambiemos nuestra manera de pensar en nosotros mismos, no estaremos a la altura de los desafíos a los que nos enfrentamos ahora». Vendrá bien, pues, reflexionar también sobre esta pregunta: ¿Es cierto que las escuelas matan la creatividad?
Finalmente, Kurtis Johnson es otro experto en sistemas educativos. Defiende que, con el modelo tradicional en las aulas, no podremos superar la crisis educativa ni hacer frente al desafío de los tiempos modernos; por lo que propone «la manera disruptiva de aprender», y habla de la necesidad de llevar a cabo una «innovación disruptiva» (anglicismo que significa lo que produce una ruptura brusca), en el mundo de la educación, como ha ocurrido ya en otros campos. Sí, es preciso romper con ciertas cosas del pasado, en relación con la educación, pero sin violencia, de una forma natural y progresiva, lo mismo que la adolescencia rompe con la niñez, y la etapa adulta, con la adolescencia. Es decir, para evolucionar, es preciso abandonar lo que es obsoleto, lo que ya no nos sirve; y en la educación convencional, hay cantidad de cosas que no sirven. Ante esta crisis educativa, ¿seremos capaces de reflexionar todos: profesores, padres, alumnos, administraciones educativas, acerca de la urgente necesidad de cambiar esta educación trasnochada, por una Nueva Educación acorde con los tiempos nuevos? ¿Estamos dispuestos a aceptar los cambios individuales y sociales que ello entraña?