Un encuentro esperado e imprescindible
La ronda de contactos institucionales que el nuevo presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Alfonso Arias, llevará a cabo en los próximos días se abrió ayer con una visita al Palacio de los Guzmanes para reunirse con la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco. Se trataba de un encuentro esperado e imprescindible por muchas razones que tienen que ver con la gestión diaria de la institución en relación con los planes provinciales, de la ayuda a las juntas vecinales, de la labor del Servicio de Asistencia a los Municipios y, en fin, de la confección de un calendario de reuniones posteriores en las que de nuevo habrán de participar los diputados provinciales por esa comarca. Pero sobre todo era una reunión importante porque venía a romper una dinámica de desencuentros que, al fragor del calor y el color político, había mantenido a ambas instituciones una de espalda a la otra desde hace ya demasiados años.
Parecía inevitable que en ese nuevo contexto de entendimiento e intereses comunes se plantease como primerísimo objetivo el de la promoción turística conjunta después de que en esta materia viviésemos en los últimos años situaciones realmente patéticas, no sólo porque Diputación y Consejo Comarcal se ignorasen, que de los males era el menos, sino por el agrio enfrentamiento entre la institución provincial y el Ayuntamiento de la capital, protagonista de iniciativas ciertamente esperpénticas en relación con la utilización de los productos agroalimentarios, cuya defensa ha abanderado históricamente el organismo provincial.
Que León, la provincia en su conjunto, sea el primer destino de turismo de interior, tal y como se planteó ayer, es un objetivo razonable, e incluso al alcance a poco de que se aúnen esfuerzos a los que habrán de sumarse ayuntamientos, empezando por el de la capital, y agentes dinamizadores, con la hostelería a la cabeza. Precisamente uno de los problemas es que las estancias son muy cortas, quizá porque la oferta se había parcelado en exceso. Es la oportunidad y el momento. Inmersos en una crisis como la que padecemos sería una torpeza y una irresponsabilidad política no aprovechar lo que tenemos.