EL RINCÓN
La propuesta
L a Generalitat de Cataluña ha encontr ado la solución: trabajar más horas para evitar que se despida a más trabajadores, aunque estén todos en su centro de trabajo. El consejero de Economía del Gobierno catalán, señor Andreu Mas-Colell, ha redescubierto las benéficas pastillas del doctor Andreu, alivio de oradores, cantantes y otras gargantas profundas. Lástima que la proposición les parezca indecente a muchas personas ahora que la guerra del tabaco rebaja el Índice de Precios al Consumo (IPC) al 3,2%. Por cierto, que eso sí que puede ser influyente no sólo en nuestros pulmones, sino en las cuerdas vocales e incluso para las cuentas corrientes. Siempre que se produce una rebaja, en lo que sea, y algo cuesta menos de lo que valía, pensamos en lo mismo: ¿cuánto nos vendrían robando habitualmente para seguir ganando dinero a espuertas a pesar del abaratamiento del producto en el mercado? En general a los trabajadores nunca se les ha regalado nada, salvo el oído si no es muy fino, pero ahora se les ofrece que regalen tiempo ellos, o sea, que repartan con los parados lo que les sobra.
Los funcionarios ampliarán su jornada laboral de diez a quince minutos, a condición de que estén funcionando en Cataluña. España es diferente en cada una de sus regiones, comunidades y autonomías. La señora María Dolores de Cospedal ha elevado a 1.742 millones de euros la deuda que declaró su antecesor en la presidencia de Castilla-La Mancha, que al parecer no reparaba en los gastos de sus paisanos. España es una unidad de destino en la deuda conjunta, pero es rica de tiempo y puede regalar un cuarto de hora de trabajo para darle tres cuartos al pregonero. La simulación se impone y las cosas no son como son, sino como parecen. Al menos hasta que se les ponga precio a las máscaras
La Unión Europea quiere controlar nuestra sobrepesca y pide que se vigilen los descartes de peces con cámaras en los barcos. Debo aprovechar lo que posiblemente sea uno de mis últimos veranos para comer espetos. Las capturas de sardinas de níquel y de sombra se verán amenazadas cuando las organicen los políticos. No saben lo que se pesca.