editorial
Una puerta abierta a la reinserción
El centro penitenciario de Mansilla de las Mulas acaba de poner en marcha el programa Reincorpora, en el que participarán treinta reclusos y que se suma a otros proyectos similares ensayados con éxito por los responsables de Villahierro, pioneros en muchas experiencias de reinserción social. El que ahora se implanta nació hace seis años y ha sido seguido por 5.300 reclusos en todo el país, generalmente personas en progresivo riesgo de exclusión social como consecuencia de la baja cualificación profesional y en general con muy escaso bagaje cultural.
La realidad, la que dibujan la experiencia y las estadísticas, es que dos de cada tres personas que salen de prisión vuelven a delinquir en cuanto toman contacto con la calle. Pero ese porcentaje es más alto cuando se trata de menores de 20 años: ocho de cada diez jóvenes acaban regresando a prisión. A la vista de esa situación tradicionalmente se ha apelado a la formación como un elemento clave para corregir el problema. Se entendía que facilitar su cualificación técnica durante su periodo de internamiento les abriría el abanico de posibilidades a la hora de reintegrarse en la sociedad.
Este programa va más allá y añade a la formación dos elementos más: mediación y acompañamiento. En definitiva, cualificación con un itinerario de servicio a la sociedad que se lleva a cabo con el acompañamiento de una entidad social, venía a aclarar uno de los especialistas del programa. Mejorar las competencias profesionales y saber qué hacer al otro lado de la puerta la evitarán que la libertad sea un problema para estos primeros treinta reclusos adscritos al programa de inserción social y laboral. El fundamento, como en muchos otros casos, es relacionar paulatinamente al ex delincuente con la sociedad con la que entró en conflicto y romper la marginalidad en la que probablemente había vivido evitando que el cumplimiento de una pena lo deje en la calle sin nada mejor que hacer que lo que había hecho antes. Ese es precisamente el peligro. El del liberado y el de una sociedad que sólo progresará socialmente desde el riesgo, la valentía, la imaginación, la sensatez y la fe en el ser humano.