Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMé
León

Creado:

Actualizado:

L os que nos ganamos la vida vendiendo palabras estamos acostumbrados, desgraciadamente, a contar acontecimientos tan desgraciados como el aniversario del estallido de la guerra civil, centro durante estos días de toda la atención mediática. Tampoco es que el futuro prometa mucho, así que hoy les voy a comentar una jugada que después de su nacimiento, en 1946, se convirtió en símbolo de libertad. Sí, debemos congratularnos porque el biquini, todo un aliciente para las patologías de la psique, acaba de cumplir 65 años. Allá por 1946 y durante un concurso de belleza celebrado en París llegó el escándalo, justo cuando una copetinera de maltrecha reputación presentó en público el atrevido bañador femenino de dos piezas, provocando tal disgusto entre los bienpensantes que acabó con la celulitis de muchas señoronas añorantes de los viejos tiempos del corsé faldumentero. Semejante pingajo que apenas servía para ocultar el núcleo central de las vergüenzas, decían, sólo podía ser usado por catedráticas en gramática parda.

Pero se equivocaban, pues desde entonces el biquini sigue provocando una suerte de ensalmo colectivo que aún podemos comprobar en esos gallineros del librepensamiento que son las piscinas leonesas. Llevadas por la libertad de elegir, las muchachas y otras mujeres de buen ver eligen su respectivo bañador contradiciendo por completo el eterno dicho, pues en realidad hay muy poca tela que cortar. Y puesto que el diablo está en los detalles, enseguida se forma un corrillo de adolescentes animados por el lema de «ve adelante y pruébalo». Habitualmente, son muchos perros para el mismo hueso y casi nunca llega a culminarse ese agradable intercambio de cuero que es uno de los motores por excelencia de la condición humana. Sobre el pasado casi nunca existe consenso, pero nadie puede negar que el biquini surgiera para animar el mortecino cotarro. ¡Y vaya si lo ha logrado!

tracking