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Más limpieza en el Rastro, pero faltan cosas

Publicado por
León

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La necesidad de hacer ver que las cien medidas para los cien primeros días llevan un ritmo de cumplimiento imparable ha hecho que el equipo de gobierno no espere más para lanzar el tercer gran mazazo sobre los proyectos anteriores de UPL y PSOE. La vuelta del Rastro a Papalaguinda ha ido acompañada de la misma polémica que suscitó el traslado, en mayo del 2009, del mercadillo dominical a los terrenos de Clarés. El PP intentó calmar las críticas con el anuncio de que habría más limpieza y mayor vigilancia en la zona para evitar la venta de falsificaciones y la huida de los manteros gracias a las facilidades del espacio no acotado -”algo que se produjo-”, además de que se obligaría a los cerca de 400 vendedores ambulantes a que dieran tiques de compra a los clientes. Esta segunda máxima que enfatizaron los rectores municipales para calmar a los dueños del comercio tradicional, que es el sector que mayor empleo genera en la ciudad, no se cumplió en la mayoría de los puestos.

Exigir a los vendedores que en poco tiempo cuenten con estas herramientas es más que complicado. Habría sido mejor negociar las cosas con más calma para que pudieran adecuarse o, por lo menos, no lanzar mensajes para aplacar las críticas que luego no se pueden hacer cumplir.