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León

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No tendría que haber tardado tanto. Pero entonces eran tiempos de barra libre en las administraciones, déficits que superaban los límites sin que nadie lo sancionara y recursos propios que manaban de la venta del patrimonio. Ahora, muy poco de eso queda; apenas los terrenos del polígono de La Granja que se intentaron vender en el anterior mandato y con el bloqueo del Ayuntamiento se han quedado en la mitad de su valor. Por eso, la Diputación ha optado por la creación de una oficina específica para la captación de ayudas europeas. Un organismo que ayude a las arcas del Palacio de los Guzmanes a poder sufragar las obras que cada vez más reclaman los 208 municipios de la provincia leonesa con menos de 20.000 habitantes: todos excepto León, Ponferrada y San Andrés del Rabanedo.

La propuesta de Isabel Carrasco intenta trasladar a la Diputación Provincial el éxito que ya cosechó cuando la implantó en la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta. De aquella época son los fondos que permitieron acometer obras tan importantes y emblemáticas como la remodelación y peatonalización de los cascos históricos de León y Ponferrada, entre otras actuaciones, que hubieran sido imposibles sin el concurso del dinero de la Unión Europea. Para esta tarea, la presidenta de la Diputación incluso ha decidido apostar por la misma persona que la acompañó al frente de aquella oficina, Arancha Miguélez, quien el pasado mandato formó parte del grupo de concejales del PP en el Ayuntamiento de la capital leonesa. Su experiencia supone un punto de apoyo para sacar adelante el trabajo de bucear en boletines y convocatorias de subvenciones que de manera ordinaria se pierden, auxiliar a los alcaldes y concejales en la gestión de las solicitudes y planificar proyectos que puedan presentarse ante la UE con la Diputación como aval. Tareas determinantes con las que debe hacer rentable el sueldo de 30.000 euros anuales que se ha dispuesto dentro del capítulo de personal de confianza. Lo que no puede ser es que el dinero esté ahí y no venga porque nadie sabe cómo salir a buscarlo.