López Benito no puede seguir al frente de Saleal

La presencia de López Benito como presidente de Saleal y Aguas de León supone más que un inconveniente moral. Pese a su interés en separar las cosas, sorprende que se haga con el mando de los dos organismos cuando no corresponden a su área -”ya que es sólo portavoz-” y que la primera de las medidas que adopta, incluso antes de su entrada formal como miembro, sea la promoción de un informe técnico y jurídico que cuestione la adjudicación de la depuradora por parte de la mancomunidad a Aquagest. Justo la empresa que despidió a su mujer de Aguas de León: la sociedad mixta del Ayuntamiento en la que había entrado sin proceso de selección pública y de la que salió cuando PSOE y UPL descubrieron que tenía contrato. Ningún miembro del consejo de Saleal sabía esto.

Su empecinamiento en tender sombras sobre la adjudicación de la depuradora, en contra de los dictámenes de los técnicos de la mancomunidad y la unanimidad política que lo aprobó, se apoya además en los recursos presentados por dos empresas, una de las cuales tiene como director general a un amigo personal del edil del PP. ¿Se va a investigar ahora todas las adjudicaciones anteriores o sólo ésta? Muchas coincidencias. La más grave, que siga al frente de los dos organismos.