Diario de León
León

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Antes, un millón de pesetas pesaba un kilo. Ahora, los euros contienen más calorías o menos según quién lea la báscula. Pero aún así, dos y dos suman cuatro, incluso para Einstein para quien todo era relativo. El Ayuntamiento de León podría deber más de 400 millones de euros, más otros 50 que han irrumpido —dicen— de entre la maleza de los cajones. El ex alcalde, Francisco Fernández, niega tanto una cantidad como la otra. Durante su gobierno se han abonado muchas facturas atrasadas, pero es que aún se le debía a don Mendo su venganza, a la Pícara Justina las noches de ronda y a Don Suero no sé qué. Vamos, que aún se debe muchísimo. ¿Cómo se ha llegado a esto? A todo presupuesto le puede bailar un poco la partida de gastos imprevistos, pero aquí, parece ser, más que un mero zapateado de cálculos errados existe toda una compañía de coros y danzas, con una plantilla con más figurantes que Ben-Hur.

Siempre se ha dicho que el proveedor del Ayuntamiento presenta melenudo su factura y, en el mejor de los casos, la cobra ya calvo. Esto de la deuda municipal, sea finalmente de susto o de infartazo, sólo se soluciona con una invasión extraterrestre que arrase con todo el sistema e imponga una civilización en la que no exista el dinero. Con todo salvo con Patatas Blas, claro.

Reducir tanta factura acumulada exigirá mucho más que gimnasia mañanera. ¿Cómo de gorda es la deuda? Gordísima. Pero hija de muchas calorías distintas. No tiene sentido discrepar por unos michelines de más o de menos. La cantidad romperá la báscula de lo razonable. Se acabaron para siempre las chucherías, y además hay que pagar las ya compradas. Ha de irrumpir una nueva filosofía que comprometa a todos los partidos: encargar sólo que lo se pueda pagar. Porque si algo hemos aprendido con la crisis es que la economía es una cadena de causas y efectos. Un contagio, de lo bueno y de lo malo. Urge crear concejalías del Pronto Pago.

Por cierto, leo en este periódico que Falete se propone para representarnos en Eurovisión. El cantante no alcanza dichos cuatrocientos kilos, pero hoy por hoy no hay tela en España para hacerle un traje, ni a él ni siquiera a Chiquito de la Calzada. Aquí la dieta va a ser forzosa hasta para los delgados.

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