‘Sobrao’

No tengo intención de hablar de fútbol, ni de Mourinho, que no creo vaya de ‘sobrao’, ni de Guardiola o del Barça, que aunque sí vayan, ellos tienen bula papal y pueden hacer lo que quieran. Quien parece que también tiene bula, o se lo cree, y hace un poco lo que quiere, eso sí con el beneplácito del consejero castellano Tomás Villanueva, es el presidente de Caja España-Duero, Evaristo del Canto. Ellos dos, a dúo, negociaron el nombre de los cinco consejeros del futuro banco de la Caja y así salió. En él está incluido uno que su máximo mérito es haber ido de número 11 en la lista del PSOE al Ayuntamiento de León. Y menos mal que la Ley de Cajas dice expresamente que no puede haber ningún político en los consejos de administración. Pues entre estos cinco, además de Pablo Pérez Robla, socialista y de Francisco Fernández, está Miguel Ángel Álvarez, también del PSOE, de UGT y hombre de confianza de Francisco Fernández.

Y si en toda esta estrategia se ve que puede haber alguna posibilidad de que algo falle, como que la asamblea de la Caja tumbe la creación en un banco, a la que está obligada por Ley, en el plazo previsto, pues se redacta a última hora una nueva norma a la carta para salvar los muebles y que Del Canto pueda seguir negociando con tranquilidad el futuro de una entidad a la que el Banco de España tiene señalada y a la que ya le ha marcado el camino a seguir, sino quiere ser intervenida. Pero eso poco parece importarle a su presidente que sigue insistiendo, pese a que sabe que no es verdad, que la Caja puede continuar su andadura en solitario. Sólo necesita que el Gobierno, con la que está cayendo, le dé a través del FROB otros 463 millones de euros, ahí es nada. ¿De verdad cree que le van a dar ese dinero para que él lo gestione? Esos millones más los 523 primeros sumarían casi mil millones de euros de capital aportado por fondos públicos, lo que significaría la nacionalización encubierta de la Caja. La negociación de Del Canto ya ha dejado a León sin sede financiera, la del Banco estará en Madrid, y va camino de dejar a la Caja leonesa como una entidad residual dentro de la fusión con Unicaja, primero, y el banco de Cajastur, después.

Quizás no es el mejor momento para que Evaristo del Canto vaya de ‘sobrao’. Claro que al presidente lo que le interesa es garantizarse su futuro como consejero delegado en el banco final, el de la fusión con Unicaja.