Jóvenes eternamente precarios

La última medida, por el momento, contra la crisis da de lleno a los jóvenes, que soportan no sólo la tasa de paro mayor de la Unión Europea sino el mayor porcentaje de desempleados de un país que roza los cinco millones de personas sin trabajo. El 46,1% de los españoles menores de 25 años no tiene empleo. El segundo Consejo de Ministros extraordinario que se ha celebrado en agosto, un hecho insólito ya de por sí, ha acabado de un plumazo con las restricciones que impedían a los empresarios encadenar contratos temporales más allá de dos años sin la obligación de hacer fijo al trabajador y autoriza el uso de los contratos de formación hasta los 30 años, condenando de esta manera a los jóvenes a una eterna precariedad. Estas disposiciones afectan en la provincia de León al menos a 50.000 trabajadores.

Se desanda así el camino de los últimos años en la lucha contra la temporalidad y precariedad laboral con una vuelta atrás a políticas basadas en recetas ya viejas que intentaban estimular el anquilosado mercado laboral a base de no crear puestos de trabajo fijos, en la creencia de que obstaculizaban el mantenimiento del empleo en las empresas. Está por demostrar que estas medidas vayan a dinamizar la creación de nuevos puestos de trabajo en un país sacudido por una destrucción de empleo tan intensa como sin precedentes. Si no lo han hecho hasta el momento, por qué iban a hacerlo ahora.