Deudas

En el Ayuntamiento de León se invoca la deuda como en el Pentágono la seguridad nacional. Cada vez que los equipos de gobierno, antes PSOE-UPL y ahora PP, hablan de la enorme cantidad que se debe, los ciudadanos se preparan para entrar en DEF con 2. Una táctica que allana el terreno para las medidas impopulares y permite la obtención de la patente de corso ante las críticas. No hay enmienda que resista una buena campaña propagandística bien cargada de amenazas. El esquema lo patentaron en el anterior mandato socialistas y leonesistas. Recién llegados, extendieron primero la prosa apocalíptica allí donde encontraron un altavoz para escarnio de sus antecesores, después se cargaron un centenar de empleos municipales para dar sangre a la masa y, entre vítores de salvadores, colaron como inexcusable la subida del IBI y la privatización del agua. El remake se anuncia ahora con reparto del PP. Los populares lo primero que han hecho es augurar que la deuda, que hace 4 años una auditoría fijó en 270 millones, supera ya los 400. Un cálculo por lo bajo, insisten sus servicios de inteligencia, que como decisión inicial han apostado por encargar un nuevo estudio externo que aclare la radiografía económica y financiera, además de que les diga qué deben hacer. Soluciones que en campaña se cansaron de repetir que tenían, sin necesidad de auxilio privado y pagado, y con las que incluso sobraría dinero para rebajar el IBI. Justo el impuesto que sirve de aval, en su ejercicio del 2012, para los 15 millones de crédito que se acaban de aprobar. No serán los últimos,

El mérito de la trama consiste en ligar bien la tensión argumental, con amenazas de corte de suministros y prestación de servicios, para resolver un desenlace en el que atribuir la salvación a la pericia política. Trampear de mes en mes y olvidar que durante años, casi dos décadas, los héroes actuales fueron los villanos de entonces: cuando el endeudamiento era una gala de progreso y nada escapaba a la obligación de gasto de la barra libre del Ayuntamiento. Sólo queda por saber cómo se carga en el ciudadano la responsabilidad de enjugar la deuda que crearon los políticos: más o menos 3.000 euros por cabeza si se cumplen los pronósticos. No asustarse. Confíen en ellos como en los anteriores. Como le decía el judío de los Monty Python al protagonista de La vida de Brian «Yo digo que eres el Mesías y de eso entiendo porque he seguido a varios».