León, entre el pasado y el futuro
Lancia es otro capítulo del León que duda entre olvidar el pasado y ganar el futuro. Un capítulo conflictivo que mide los intereses de una sociedad que quiere avanzar por una autovía y la misma sociedad que aboga por rescatar, preservar y mostrar los vestigios de tiempos y civilizaciones pasadas, las que esa estructura, la A-60. amenazaba con llevarse con delante.
Los restos romanos que afloraron con las excavaciones de las obras de la León-Valladolid en las inmediaciones de Villamoros van a ser salvados de forma provisional por el Ministerio de Fomento, que tapará el yacimiento con el fin de que las próximas lluvias, el otoño o el invierno no deteriore lo que allí quedó enterrado por el tiempo. Solución temporal y menor para un episodio del litigio en el que se miden la administración central y la comisión regional de patrimonio a cuenta de la paralización del trazado de la autovía. Mientras se resuelve, buena parece la medida de tapar, contra el viento y la lluvia, y contra los aficionados a tomar aquel terreno como propio para hacerse con objetos y restos de otra época que han convertido en la zona en ejemplo de expolio arqueológico.
La alfombra que el Ministerio de Fomento va a echar sobre el yacimiento de Lancia aplaca el malestar de las asociaciones ciudadanas y los colectivos que desde hace meses vienen solicitando una acción contra el deterioro de lo que el enterramiento ha prestado hasta nuestros días. Lo complicado, la solución a la incompatibilidad entre autovía y vestigios romanos y medievales, pondrá a prueba a administraciones y partidos de distinto signo político. La A-60 al sur del Porma está ahora comprometida por cómo se resuelve el frenazo de los restos de Lancia, entre el yacimiento de la viaja ciudad y la N-601. En el mejor de los casos, el desvío del trazado en no menos de 200 metros no va a evitar que en el entorno no aparezcan más restos arqueológicos que sigan bloqueando el avance de la autovía. Con lo que la elevación se supone ya como la salida más costosa. De momento, salvar los restos es ya un éxito.