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Publicado por
antonio casado
León

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La vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, nos ha recordado que el Consejo de Ministros es soberano en la toma de decisiones y nadie desde fuera se las tiene que dictar. Eso sí, a renglón seguido añadió que, como es lógico, se escuchan las opiniones y las sugerencias del candidato socialista a la Moncloa.

No hacía falta solemnizar la condición soberana de un Gobierno y, mucho menos, señalar el hecho de que el presidente Zapatero, el candidato Rubalcaba y la ministra vicepresidenta van en el mismo carro y comparten una misma causa electoral. La del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), aunque estas siglas centenarias vayan casi de incógnito en una campaña muy centrada en la personalidad del candidato.

Sostengo que es una obviedad afirmar públicamente que al Consejo de Ministros no le dicen desde fuera lo que ha de hacer. Sin embargo, Elena Salgado, de cuyo negociado depende la reactivación o no del polémico impuesto del patrimonio a las grandes fortunas, se ha visto obligada a atajar las acusaciones, no menos obvias, que en ese sentido venían formulando los dirigentes del PP. Favor que les ha hecho.

Los asesores electorales de Rajoy deben estar encantados por el éxito de sus acusaciones. De ese modo casi han logrado contrarrestar los efectos conseguidos con la petición de Rubalcaba al Gobierno para que este viernes rescate el impuesto, que estaba desactivado desde el 1 de enero de 2008. Porque lo que no se puede negar es que en los ámbitos políticos y mediáticos no se ha hablado de otra cosa en estos últimos días.

Por cuenta de la tasa Rubalcaba (un impuesto a los más ricos destinado a crear puestos de trabajo) el candidato socialista ha ganado así un plus de visibilidad, lo cual no es fácil de conseguir en un sistema en el que jefe de Gobierno y líder de la oposición suelen monopolizar el debate político.

El propio Mariano Rajoy, que evita la confrontación personal y juega a que el tiempo pase sin que pase nada, tuvo que correr tras la liebre que soltó su rival de noviembre. De pasada, es verdad, pero llegó a denunciar la contradicción en la que va a incurrir el Gobierno Zapatero si finalmente este viernes reactiva el impuesto de patrimonio sólo tres años después de haberlo congelado.

A estas alturas al candidato socialista no le hace mella que le hablen de contradicciones, bandazos y reacciones tardías en un Gobierno del que fue vicepresidente. En esa discusión lleva siempre las de perder. Prefiere soltar sus propias liebres para que otros corran tras ellas.

Por eso no creo que Salgado le haya hecho ningún favor respondiendo a las críticas del PP en el sentido de que el Gobierno actúa a las ordenes de Rubalcaba.

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