Elmar está que arde

Los trabajadores de Congelados Elmar SA protagonizaron ayer su primera jornada de huelga en señal de protesta por el expediente de regulación de empleo presentado por la compañía que permitirá reducir la actividad laboral —la propuesta de la empresa es 15 días de trabajo y 15 de paro durante seis meses prorrogables por otros seis— a 152 de los 220 integrantes de la plantilla de la empresa ubicada en el polígono de Onzonilla.

Elmar, con cuarenta años de antigüedad, es una de las principales empresas de productos congelados del país y trabaja sobre una de las gamas más amplias del mercado en pescados, mariscos y cefalópodos, además de verduras, carnes, precocinados y postres. En mayo del año 2009 fue adquirida por la gallega Pescapuerta, uno de los gigantes de la actividad pesquera. La operación permitió a Pescapuerta completar el ciclo desde la actividad en el caladero hasta la distribución en el punto de venta, con la ventaja de que la factoría leonesa dispone de las más avanzadas tecnologías y las más acreditadas certificaciones de calidad. Tienen además Elmar un enorme calado social en León por su vinculación como patrocinador deportivo durante un tiempo de uno de los equipos de élite.

Tal y como a lo largo de las últimas semanas han venido reclamando los responsables sindicales, el objetivo de los trabajadores —nueve de cada diez son mujeres y en muchos casos los salarios rondan los 800 euros mensuales— es que Pescapuerta presente un plan de viabilidad de futuro, algo que por el momento no ha ocurrido. Tampoco han conseguido los representantes de los trabajadores, en las sucesivas reuniones mantenidas con la dirección de la compañía, con la Delegación de Trabajo, adonde volverán hoy, e incluso con el Serla desde que el día 1 de septiembre se presentó el ERE, alcanzar acuerdo alguno que arroje algo de luz sobre su futuro. Una vez más, el silencio por parte de la compañía —desde León se remite a Vigo y en la central nadie contesta— radicaliza las posiciones y alienta todo tipo de especulaciones sobre el futuro de la empresa y su posible venta. Y ese no es el mejor clima.