Eólicas, un palo tras otro

Prometía hace dos días en el Bierzo el ministro de Industria, Miguel Sebastián, hacer todo lo que estuviera en manos de su departamento para garantizar el futuro de LM Windpower, en su momento la mayor planta de producción de palas eólicas por volumen. El caso de LM es paradigmático de la crisis del sector: llegó a tener 1.200 empleados y a partir del día 30 se va a quedar con poco más de una décima parte y una carga de trabajo que pone más que en duda su futuro, fundamentalmente porque su mercado es nacional y apenas existe actividad.

Ayer se conocía que el marco regulatario que en forma de real decreto tiene preparado el propio ministerio prevé una rebaja de un 40% en el importe de las primas por producción eléctrica respecto a la anterior norma del 2007. Es justamente el margen que las compañías afectadas definen como garantía de rentabilidad razonable. La medida afectaría a las instalaciones que se creen a partir de este momento, muchas de ellas con la tramitación ya realizada y a la espera de la nueva normativa. Piden, con razón, que el Gobierno reconsidere el planteamiento. Están en juego en la provincia 500 millones de euros de inversión y miles de empleos directos e indirectos. Los de las posibles nuevas instalaciones y los de industrias como la vapuleada LM.