Diario de León
Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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La naturaleza es sabia y dicta normas cuya lección no siempre es atendida. Días de vendimia preceden a jornadas de setas y al ojeo de las berreas. Es la cadencia de las cosas esenciales, que permanecen sin alterarse por encima de los caprichos de ese vaivén que llamamos actualidad. En cambio, este octubre no habrá pregón presupuestario, porque lo que toca es aplicar rebajas y no repartir anhelos. Se acabó la promesa de autovías, palacios de congresos, eventos postineros y trenes veloces en todas las direcciones, como otros años. La pugna electoral se ha trasladado del aliciente de la subasta al filo de la tijera, donde lo que se jalea es el recorte menos doloroso. Lo cual no evita la bulla por seguir ahí. Ocurrió en Zamora y a punto estuvo de pasar en León, donde la militancia socialista anda más que ahíta de los manejos del ex alcalde Fernández. O sea, harta. Fernández se arregló el porvenir con el subidón en la Caja, pero ni así se conforma.

Lo sucedido en Zamora con las listas apunta al difícil retranqueo de los ex presidentes, aunque hayan cumplido los 75. Lo advirtió Felipe González y pasa aquí con Demetrio, a quien todos miran pero nadie nombra. Su ascendiente no sólo histórico y territorial sobre Óscar López ha hecho posible que Jesús Cuadrado, uno de los pocos diputados con voz y crédito en el Congreso, quede fuera del nuevo parlamento, para acomodar a Camacho, elevado a ministro por la retirada de Rubalcaba. Son los naipes del poder en declive. Pasó en mayo, cuando también las Cortes regionales perdieron a Manuel Fuentes, uno de los mejores y más laboriosos procuradores. Es verdad que los jarrones chinos, como Aznar o González, tienen difícil asiento, pero jugosas prebendas los conducen a la mansedumbre. Va a ser más complicado encofrar el cántaro zamorano o la vasija de Soria, porque no hay con qué.

Antes, octubre desplegaba el pañuelo de sus cuatro semanas y media para el pregón presupuestario y había para alimentar los sueños de todos. Aunque de unos más que de otros, según el color de quien propusiera el reparto. Pero donde se apostaba al gordo, no había freno para las expectativas. Autovías, alta velocidad, palacios de congresos, paradores, tranvías e incluso aeropuertos en cada esquina. Este año sabemos que ya no habrá ni para remozar el hostal de San Marcos, después de haber vendido tantas veces su reforma. El último octubre lo pasamos entretenidos con el enredo de las cajas de ahorros, que nos iban a dotar de un músculo financiero que sería la envidia de los alrededores. Pero aquel sueño también acabó en pesadilla. Y ahí estamos, pedaleando en las nubes para no precipitarnos, confiados en el aviso del refranero. Porque nunca llovió tanto y tan seguido que no escampara.

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