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Publicado por
León

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Si no conociera el fervor genuino del alcalde de Cubillos por Zapatero pensaría que al otorgarle una calle al presidente, José Luis Ramón estaba empleando algún tipo de doble lenguaje malicioso en el anacrónico bautizo. Si uno se da un garbeo por la vía que festejará la gestión de ZP entenderá porque el agasajo puede inducir a la sospecha. La calle Zapatero es un vial periférico que puede contemplarse desde la ventana indiscreta que ofrece la térmica de Compostilla II, una instalación que es víctima de la política errática del Gobierno socialista en materia energética y de su dejadez a la hora de entregar a Endesa en los brazos de la italiana Enel, con todos los perjuicios que eso ya ha comenzado a ocasionar a la comarca sobre las inversiones estratégicas que la eléctrica ha venido a suprimir o a recortar.

La rúa ZP discurre aislada a lo largo de casi dos kilómetros entre una sucesión de choperas y eriales, como el terreno de las grandes infraestructuras que hace ocho años se creía perfectamente abonado para la llegada del AVE a Galicia o de la autovía a Orense. Dos proyectos absolutamente olvidados hoy. Como el puerto seco prometido en Toral de los Vados, que debería centralizar buena parte de la logística del Noroeste. Entre los eriales que jalonan la calzada pulcramente asfaltada, también es posible adivinar no tan lejos varias columnas de adosados flacos de vida, sumidos por la burbuja inmobiliaria que el jefe del Ejecutivo y su equipo no contribuyeron nunca a desinflar. Y si uno vuelve sobre sus pasos, el macropolígono del Bayo acecha como una triste metáfora del solar industrial en el que ha devenido la comarca con la fuga de las eólicas y el «crack» de las metalúrgicas.

La brea de la calle ZP conduce sin embargo finalmente a la planta experimental que la Ciudad de la Energía (Ciuden) decidió levantar para investigar la combustión limpia del carbón. El complejo, en medio del descorazonador panorama, se contempla como un amago de Silicon valley en el que Zapatero ha dejado su única impronta millonaria para el Bierzo y en particular para Cubillos. Desde ese prisma la gratitud del regidor local resulta hasta sensata. Sobre todo si se compara con delirios como el del otrora cabal José Antonio Alonso que proclama a Zapatero «el mejor presidente de la democracia en España». Y no digamos ya con el holocausto berciano de los socialistas en las listas del 20-N.

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