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León

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u Sergio Fernández Salvador escribe sobre la reforma de la plaza del Grano : «Leo El escritor , de Azorín. Su protagonista, Antonio Quiroga, en cuya persona alienta el autor mismo, narra su llegada a León. En el relato de uno de sus paseos habla de unos álamos, a los que muy justamente llama tembladores, y, en la misma página, de sus pláticas con ‘un fragüero, un ebanista, un botero, varias zabarceras del mercado y diversos pelantrines de la contorna’. Los álamos y el mercado. ¿Se referiría a la plaza del Grano?

Tantas veces, en la tarde del domingo o la mañana del sábado, le llevaron los pasos de uno hacia esa plaza, que no podría ya pasar sin esa vieja costumbre. Allí como que enlentece la vida su curso y entra uno en comunicación con un pasado cuyo aliento siente más cercano. Apoyado entonces en uno de los soportales de negrillo, o sentado sobre el pretil de la fuente, o a los pies de la cruz de la virgen, antiguo cadalso, encuentra uno un ámbito fecundo para sus ensoñaciones. Siempre hay algún peregrino que anota la jornada en su diario o algún anciano que cruza ligero como una sombra, sin levantar la vista.

Leo en la prensa que el Ayuntamiento ha aprobado la remodelación de la plaza con el pretexto de mejorar la movilidad. Ya el anterior alcalde amenazó con hacerlo. Entonces se llegó a insinuar la necesidad de sustituir el suelo de cantos de río, de origen medieval, por adoquín actual. No hubo tiempo para perpetrar el crimen. Entre los planes de la corporación entrante figura el de instalar un velador de invierno y pasarelas de loseta que supondrían la eliminación de parte del empedrado original.

A uno le parece que la movilidad, si se quiere evitar los cantos, es perfectamente factible transitando por los lados de la plaza, donde hay acera, y en el peor de los casos rodeándola por las calles adyacentes (es una plaza pequeña.) La plaza del grano no necesita una remodelación —a no ser que se persigan otros intereses—, sino la conservación regular y razonable por parte de todos, políticos y ciudadanos.

Los primeros no han mostrado ningún interés en frenar su deterioro —hace treinta años que no se la toca—. Al contrario, se instalan en ella carpas durante las fiestas de la ciudad o de la Aparición de la Virgen, o se derriban casas como la única que aún descansaba sobre soportales de negrillo. Ya se dejó caer literalmente, hace no tanto, el Palacio de Don Gutierre. Y respecto a los ciudadanos, ah los ciudadanos... Los sillares y hasta los angelotes de la fuente, de 1789, han sufrido pintadas que en años nadie se ha encargado de limpiar. Algunos jóvenes encuentran divertimento en arrancar cantos del suelo y arrojarlos al agua. ¿Cuántas veces en la mañana del sábado no la vimos arrasada por los restos del botellón, las bolsas destripadas, las botellas flotando en el agua de la fuente o hechas añicos entre los cantos, los bancos pegajosos de alcohol? ¿Qué pensarán de nosotros los peregrinos que hacen noche en la hospedería de la plaza al salir al alba y ver así desolado el acogedor rincón del mundo donde la tarde anterior se abandonaron a recuerdos y sueños, en un próspero diálogo con los siglos?

Pienso en Azorín, en Unamuno, en Machado, en el Padre Isla. Los imagino en esta plaza viendo pasar la vida, hablando con unos y otros, mezclados entre el lenguaz trajín, entre las bestias. Uno solo quiere que le dejen seguir comunicándose a su manera con ellos y consigo, que le dejen soñar tranquilo».

u Antonio Pedrera Ruiz escribe sobre lo que considera que son riesgos posibles ante las próximas elecciones generales : «A poco más de un mes para las elecciones generales absolutamente todas las encuestas y la percepción de todo el mundo es de que el Partido Popular obtendrá una victoria enorme, de mayoría absoluta o más.

Cualquiera que repase todos los periódicos de dos o tres meses anteriores a las elecciones del 2004 podrá comprobar que también entonces el triunfo del Partido Popular iba a ser incuestionable, aunque faltaba por precisar si sería por mayoría simple o por mayoría absoluta. El vuelco electoral llegó un 14 de marzo del 2004, tres días después del inolvidable 11-M. Con esto quiero decir que hasta el mismo 20 de noviembre, o incluso unos días más, nadie podrá tener la certeza de que, efectivamente, las elecciones las ha ganado el Partido Popular y las ha perdido abrumadoramente el Partido Socialista. Tiempo al tiempo».

u Francisco Alonso Fernández escribe sobre la situación del Casino de León : «Me parece una vergüenza que el Ayuntamiento de León ceda los terrenos al Casino de León por 25 años más gratuitamente y más cuando las arcas están vacías. Han disfrutado gratis casi 60 años. Creo que es hora de que paguen o se busquen otro sitio. Este asunto huele a posible prevaricación. Parte de la masa social del casino son concejales del Ayuntamiento de León. Me gustaría que algún abogado lo estudiara».

u Consuelo Sánchez agrade una intervención de la Omic: «Quiero agradecer a la Omic que divinamente, con orden, ‘papeles los justos’, eficacia, rápido, bien explicado desde la primera visita, amabilidad y un montón de etc, han logrado parar el acoso al que me sentía por Vodafone. Gracias a la Omic. Es la primera vez que gratuitamente y con eficacia en todo el trámite, un organismo oficial me ha solucionado algo. Enhorabuena por este servicio, así funcionaríamos divinamente todos».

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