editorial
Suma y sigue en la lista de los ERE
DC Wafers inició su actividad hace algo más de dos años en Valdelafuente, en las afueras de León. Fue una de esas empresas que animaron las esperanzas en la provincia sobre una industrialización basada en las nuevas tecnologías y en las energías limpias. Durante varios años se produjeron importantes aperturas de firmas empresariales que crearon un volumen de puestos de trabajo de verdadera relevancia para una provincia de León basada en un minifundismo industrial heredado de décadas, salvo muy contadas excepciones.
Ahora DC Wafers se suma al largo listado de empresas que han tenido que replantearse su actividad precisamente para garantizarse un futuro. Son varias las compañías de esos nuevos sectores basados en las energías limpias a las que la crisis y la problemática propia de este tipo de renovables han atacado directamente a su corazón.
DC Wafers ha entrado en concurso de acreedores y el Juzgado de lo Mercantil de León tendrá que pronunciarse sobre los dos expedientes de regulación de empleo, uno de extinción para 11 trabajadores —si se firma hoy— y otro temporal para 101 operarios.
La compañía realizó una fuerte inversión y fue pionera en la fabricación de obleas de silicio para la industria fotovoltaica por parte de empresas españolas. Recibió una fuerte inyección de dinero público por lo que de nuevo surge el interrogante, como ya ocurrió en el caso de LM o en otros precedentes, sobre esas subvenciones que en cuestión de poco tiempo se diluyen al igual que las empresas. En DC Wafers se alega que se ha producido un desplome en los precios de las obleas de silicio y que ya no puede acumular más stockaje tras producir más de un millón y medio de unidades que no llegaron al mercado. Aseguran que el área de producción está preparada por si remonta el mercado, pero de nuevo se hace necesario que las administraciones estén vigilantes porque hay mucho dinero público en juego.