ESCAÑO CERO
Demasiada campaña
Llevamos demasiados días de campaña electoral. Todo está ya dicho y los políticos parecen conocer de antemano el registro de cada una de las intervenciones de sus contrarios. Trasciende un cansancio de fondo hasta en los debates entre candidatos. Visto en perspectiva, cuando todavía faltan siete para que se abran las urnas, se ve con claridad que Zapatero cometió un error, uno más, al dilatar tanto la fecha de los comicios. Desde que lo anunció, si no recuerdo mal, en el mes de julio, hasta hoy, no ha transcurrido un solo día sin el mar de fondo de las voces destempladas propias de una campaña electoral. Acusaciones, refutaciones, discursos, sondeos electorales, etc, etc.
Todo ello conviviendo hasta el empacho con los también diarios sobresaltos que nos han ido dando las bolsas, la deuda, la famosa prima de riesgo y, sobre todo, las tristes, tristísimas cifras del paro.
No es que la gente esté harta de política, la expectativa real de cambio que avizoran los sondeos lo que indica es interés, pero es interés puesto ya en el desenlace. Llevamos tanto tiempo en campaña que creo que el personal tiene ya más que decidido el signo de su voto. En ese sentido no creo que el debate del pasado lunes entre Rubalcaba y Rajoy animara a nadie a cambiar de bando. No por demérito de los candidatos que, en líneas generales, cumplieron con el objetivo de airear sus programas y ofertas, sino porque el aire está ya saturado por los mensajes de unos y de otros y la sensación que predomina es que ya está vendido todo el pescado. Me agobia pensar que, sin tregua para un respiro, después del 20-N, seguiremos en campaña, esta vez por Andalucía. Allí, según el decir de las encuestas, las expectativas del PP rondan la mayoría absoluta, circunstancia que permite pronosticar, sin apenas margen para el error, que la disputa política se ventilará a cara de perro con el consiguiente desgaste para tirios y troyanos, pero, sobre todo, para los sufridos ciudadanos en quienes a estas alturas de la película tengo para mí que predomina un cierto aire de cansancio. Ya digo, demasiados días de campaña.