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gALLegO
León

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Escribía aquí el pasado 11 de julio, a raíz de que el anterior alcalde pusiera énfasis en haber dotado a la ciudad de un mirador, que así llamaba al tramo de menos de 50 metros de muralla que abrió al público en el jardín Romántico del Cid. Y me lamentaba de que se llamara mirador a ese tramo de lienzo de muralla, que permitía ver parte de la ciudad desde un poco más arriba, pero no a vista de pájaro y con pocas posibilidades, al ser un tramo recto y por tanto no tener apenas ángulos distintos de visión.

«No deja de ser curioso —escribía entonces— que en toda la ciudad no haya un solo sitio alto desde el que poder contemplar la urbe. No se trata de que haya una Giralda o un Miguelete, pero alguna torre de la Catedral, de San Marcelo o de San Isidoro podía hacerse visitable para ver la ciudad desde allí. Esos sí serían buenos miradores y merecería la pena restaurarlos para poder utilizarlos como tales». Por eso creo que es una buena medida «convertir la cubierta de la Catedral en el mirador de León», como ha denominado el coordinador del plan de restauración de la Pulchra al hecho de poder subir a los tejados del templo para contemplar la ciudad desde allí.

Poco a poco, lentamente, se van haciendo cosas en la Catedral que ayudan a fomentar el turismo. Lo he escrito aquí muchas veces y creo que si simplemente se cobrara un euro por entrar al primer templo de la capital se recaudaría una cantidad muy respetable que ayudaría al mantenimiento (es necesario que alguien vigile para evitar no sólo el ruido que pueden hacer los visitantes, sino también para que nadie pueda dañar ningún material o llevarse algo y para impedir el paso durante el culto) e incluso a la restauración de pequeñas piezas. Estas visitas guiadas, unidas a las que ya se hacen a las vidrieras, las audioguías, y los recuerdos que se pondrán a la venta con la foto de la Catedral, son un paso muy importante de cara a dar a conocer este destacado monumento del patrimonio leonés, pero deben seguir más pasos como establecer un horario de apertura coherente. Si queremos tener turistas hay que darles facilidades y a los extranjeros no se les puede dejar con las ganas o tener que esperar a que se abra por la tarde. Un horario continuo, como ocurre en toda Europa, es lo más adecuado.

Pero por ahora bienvenido sea ese auténtico mirador de León desde los tejados de la Catedral.