EDITORIAL
León abre vías al futuro
No deja de tener especial simbolismo que precisamente en el momento en el que en la capital se iniciaban las obras para la integración del tren de vía estrecha en la zona de trabajo en la que el desarrollo del proyecto técnico alcanza su mayor complejidad —el entorno de la estación de Matallana, casi en el centro urbano de la ciudad—, Feve recibía en Intur el Premio al Medio de Transporte por su contribución al desarrollo del turismo de interior con el Transcantábrico. Se trata de una oferta turística ciertamente elitista que tiene en León el punto de partida de un viaje singular, pero también y sobre todo una referencia inolvidable para quien lo disfruta y, claro, para quienes le gustaría disfrutarlo.
Las obras que hace unas semanas había iniciado Feve para cerrar esa herida de 2,6 kilómetros que el otro ferrocarril abrió en el norte de la ciudad en 1923 permitirán a los barrios de San Mamés y Mariano Andrés mirarse a la cara tras casi noventa años dándose la espalda. Será posible gracias a la apertura transversal sobre la línea ya en superficie de varios pasos peatonales y una docena de calles cortadas a cuchillo por el anterior trazado viario. Pero además transportará a la ciudad y a los leoneses a un modelo de movilidad de vanguardia, acorde con las exigencias del siglo XXI y que sobre todo tendrá su manifestación más evidente en la posibilidad de acceso en tranvía al área universitaria y al complejo hospitalario en un medio rápido, cómodo, limpio y de fácil convivencia urbana. Y que además compatibilizará esas ventajas y la de la oferta de transporte hacia el norte y este de la provincia —y más allá— con el desarrollo urbanístico de un área de la ciudad durante décadas atrapada por esa servidumbre histórica, pero que en menos de un par de años ofrecerá una imagen de modernidad de una ciudad que precisamente sustenta en el turismo una buena parte de su desarrollo económico.