Arañando euros

Ahora que están con los recortes, o con la tarea de sacar de donde no hay, creo que es el momento de replantearse muchas cosas.

Algunas pueden ser tan simples como que para cuatro horas que se da el agua en la fuente a ras de suelo que hay en la plaza de Santo Martino, se las podían ahorrar del todo al menos en invierno. Porque el suelo de dicha plaza se moja totalmente y con las frías temperaturas que hay desde que se apaga la fuente se hiela el suelo y el servicio de limpieza tiene que echar sal en el suelo un día sí y otro también para evitar que los peatones se rompan algo en las inevitables caídas propiciadas por la helada. Así que si cierran el grifo (nunca mejor dicho) de esa fuente, no sólo se ahorran el agua y la luz, sino también la sal y la posible demanda de los que se caigan.

Por cierto que también se ahorrará bastante agua (que los pantanos no están para florituras) si no se riegan con tanta insistencia las calles y se controlan cada cierto tiempo los aspersores del riego para que el agua caiga donde tiene que caer y no duche a coches ni a peatones.

Otras son un poco más complejas y desde esta columna llevo reclamándolas desde hace años. Me refiero al tan traído y llevado tema de los autobuses urbanos de esta capital. Parece un coto cerrado, porque los usuarios conocen sus características, pero digo yo que si son deficitarios es porque se utilizan poco y para que se usen tienen que abrirse a los no usuarios habituales y esos no saben, no sabemos (me ha pasado varias veces cuando no me ha quedado otra que ir en bus) muchas cosas y eso hace que nos retraigamos y prefiramos ir andando o coger el coche para realizar un trayecto que podríamos hacer en transporte público. Pues bien, además de hacerlo todo más fácil para que el usuario no habitual se transforme en habitual, se podría hacer algo al respecto del enorme tamaño de los autobuses, que colapsan y dificultan el tráfico y que excepto en una mínima franja horaria punta, van casi siempre vacíos. Unos microbuses como el que va por la calle Ancha hacia el Ejido serían más adecuados, gastarían menos y no dificultarían tanto el tráfico rodado.

Ah, un grato reconocimiento. El 3 de enero se abrió una zanja en Roa de la Vega confluencia con Juan Madrazo. Dos días después ya estaba asfaltada. Gracias. Eso antes no ocurría. Las cosas como son.