El control del ruido debe ser una prioridad

Uno de los graves problemas que padecen aquellos que habitan en las grandes ciudades es el ruido. Y León no iba a ser menos. Bien es cierto que, en los últimos años, la capital leonesa ha luchado para tratar de reducir la contaminación acústica que es ya un habitual en las grandes capitales.

Una reducción que se refleja en el número de expedientes sancionadores que se abren y que en los dos últimos años se quedaron en la mitad, según los datos que obran en poder del propio Ayuntamiento. Una rebaja que es aún más pronunciada este año, ya que sólo ha habido hasta el momento dos sanciones por exceder los límites permitidos de ruido que vienen regulados por ley.

Esto demuestra, además del buen hacer de aquellos que tienen que velar por el cumplimiento de la norma, la concienciación ciudadana sobre la necesidad de respetar al resto. Es más, el mayor descenso en el número de denuncias se ha producido en los locales de copas, que han visto la necesidad de adaptarse a la norma y lo han hecho. Bien es cierto, que sobre éstos se ha ejercido mucho más la presión policial, a través de los controles, que en otros muchos casos.

La medición del ruido en este tipo de locales fue y sigue siendo importante; se hace casi semanalmente en algunos casos, a través del Laboratorio de Acústica de la Universidade de León.

Éste es el camino a seguir, pero no el único. Los locales de copas, como no podía ser de otra forma, son los que más ruido generan, pero no son los únicos responsables de la contaminación acústica en la ciudad. Así, por ejemplo, el informe que obra en poder del Ayuntameinto demuestra que el entorno de Guzmán es uno de los que mayor concentración acústica registra de toda la ciudad, lo que demuestra que aún queda camino por andar en el control del ruido, que debe ser una prioridad.