La opinión del lector
Que Llorente rectifique
Señor Matías Llorente, lleva toda su vida en el oficio de la política... Por lo que no se puede entender que un político con tanto oficio, continuamente se venga dedicando a los insultos, provocaciones, así como a cambiar frases para confundir al ciudadano.
Y como usted bien conoce, y ya se lo han demostrado, el célebre obsequio de la polémica de 179 euros no corresponde a la cuenta de la Diputación sino a la cuenta del PP. Y usted bien sabe que la presidenta del PP, Isabel Carrasco, puede disponer de esa pequeña cantidad porque así lo dicen los estatutos internos del partido.
Se dice que está usted enfadado y molesto, políticamente, desde que no puede hacer los repartos que venían haciendo con sus ayuntamientos afines. (Gane usted las elecciones, sea presidente y podrá, distribuir, organizar a su estilo... Ya se olvidó cuando usted estaba en el poder y Ferrero, PP en la oposición).
Como viceportavoz de su grupo haga oposición que es el cargo que le tienen asignado. Usted se olvida que tiene un cargo público, y debe darnos ejemplo. Algunos artículos de prensa le tratan de machista y misógino. Nada de eso. Usted es una máquina de insultar y provocar. Y cuidadín, cuidadín, que estas formas de actuar no le pueden salir siempre gratis total. No se puede entender que nuestro sistema democrático permita que continuamente se esté insultando y provocando a la presidenta de una institución como la Diputación, que por cierto acaba de ganar las últimas elecciones por mayoría.
Señor Llorente, debe rectificar públicamente su comportamiento, así como pedir disculpas sobre lo sucedido.
Una calle «presidencial»
Nunca es tarde (y han pasado casi ocho años) si la dicha es buena (y malo en principio no es) que al único presidente de Gobierno leonés se le otorgue con su nombre una calle, plaza o lo que sea en este nuestro y suyo León. Lo que no tiene un pase es que se haga apelando a lo mucho y bien que ha hecho por España y por León. Para España ha sido un penoso desastre, y para León no hay más que ver cómo estábamos hace ocho años y cómo estamos, de peor que mal, para venir ahora con esa chufla de se lo merece «sobre todo, por lo mucho y bueno que ha sido para León». Si no hubiera sido por la crisis, y al cabo de cinco horrorosos años, a nuestro paisano no le echan de La Moncloa ni los suyos, que en último y decisivo término fueron los que le enseñaron la puerta de salida. Así que por presidente, una calle o las que sean, pero por absolutamente nada más, porque lo doloroso de veras es que no le echaran unos cuantos años antes, por nefasto.