La opinión del lector

Sindicatos, ¿qué sindicatos?

España es un país atípico en muchos aspectos de su vida cotidiana dentro del escenario de la Europa democrática. Es una pena que Rajoy, hasta la fecha, no haya dado muestras de proceder a hacer reformas profundas en aquellos ámbitos de la vida político-económica que más lo necesitan. Estas reformas deberían traducirse, en la mayoría de los casos, a recortes drásticos o simple y llanamente a supresiones tajantes. Son muchos los españoles que se preguntan qué pintan tantos y tantos organismos públicos, defensores del pueblo, órganos consultivos, consejos estatales cuya misión exacta nadie sabe ni conoce, canonjías diversas, organizaciones paraestatales sin misión ni oficio, empresas públicas sin actividad que cuestan un pico al erario público. La infraestructura socio-política (incluso la hasta ahora intocable Monarquía) está en almoneda. El secretario de UGT Madrid cobra el doble que el presidente del Gobierno. El representante de IU en la Asamblea de Madrid, un leonés de Villafranca del Bierzo para más señas, cobra, también de Bankia cerca de 600.000 euros. La rocambolesca historia del anterior alcalde de León es otro ejemplo de que la vergüenza en España se ha perdido hace muchos lustros. La clase política, la judicial y ahora la sindical, ponen en la picota y a la deriva al país.

Andrés Mures. LEÓN