Gracias a la vida

El blues de las ocupaciones me impidió asistir a la conferencia sobre la felicidad, que impartió Alejandra Vallejo-Nájera en el Club de Prensa de este periódico, aunque me hubiese gustado. Ah, la felicidad. Ni Pablito Ortega y aquel estribillo horroroso pudieron con ella: «la felicidad, ja, ja, ja/ de sentir amor, jo, jo jo»… Más que una forma de estar es una manera de ser. Puede enseñarse y aprenderse; eso sí, haciendo deberes. «Para ser feliz hay que tener sentido de la gratitud», leo que mantuvo esta psicóloga. Muy cierto, pues el agradecimiento conlleva reconocer las obras de los otros. En cambio, el egoísta sólo está agradecido de haberse conocido, y repite delante del espejo: «Gracias a mis genes que me han dado tanto». Es bueno quererse a sí mismo, pero tampoco hay que llegar al flechazo. Mejor proclamar: «Gracias a la vida, que me ha dado tanto», que incluye a quien lo afirma y a los demás. También, a la dicha y a sus reversos.

Leo también que el ayuntamiento italiano de Ceregnano ha creado la concejalía de la Felicidad, para contribuir a paliar los efectos de la crisis en el ánimo de los ciudadanos. Cabe preguntarse si en León sería posible. Allí cuando llamas suena el Himno de la alegría . Dicen que es escucharlo y entrarte ganas de invitar a una pizza. Aquí somos más de picadillo. No obstante, el alcalde de León debería intentarlo. La felicidad es gratis, aunque cuesta. Y ya puestos, deberían cambiarse el nombre de varias concejalías, adaptarlos a la nueva realidad socioeconómica. Si no hay un euro en las arcas municipales, la concejalía de Economía, Hacienda y Nuevas Tecnologías ¿no debería llamarse de «A quien Dios se la dé, san Pedro se la bendiga?»

Exijamos a nuestro Ayuntamiento una concejalía de la Felicidad. Y a la Junta, una consejería de Quijotismo. Y al Gobierno, un ministerio de Sonrisas y Lágrimas. Y a nosotros mismos… una embajada allí donde gratitud y felicidad no sean emociones en desuso. Sí, gracias a la vida, que nos ha dado tanto, incluso en estos días de problemas rotundos. Todo llega. Hasta el Real Madrid nos va a dar una alegría en esta liga. El orden cósmico vuelve a ser blanco. Vamos, que quien no sea feliz ya es porque no quiere. O casi.