Diario de León

EL CORRO

Siguen sin cortarse un pelo

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PEDRO VICENTE
León

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Con más pena que gloria ha quedado atrás el 29 aniversario del Estatuto de Castilla y León. No sólo porque los tiempos no estén para fastos, sino porque el Estatuto no pasa precisamente por su mejor momento. Su última reforma, aprobada hace cuatro años, se ha demostrado completamente fallida. Las expectativas generadas en su día se han evaporado por completo. La pretensión de asumir la gestión de la Cuenca del Duero sucumbió en el Tribunal Constitucional y los principios que supuestamente iban a garantizar la suficiencia financiera de esta comunidad no fueron vinculantes para el posterior modelo de financiación autonómica. (Por ello la Junta no se cansa de reclamar una nueva reforma del sistema, por cierto sin ponderar el riesgo de que la misma, en lugar de favorecer los intereses de esta comunidad, acabe perjudicándolos).

Añádase a lo anterior el absoluto fiasco de las cajas de ahorro, que ha dado completamente al traste con «el fortalecimiento del sistema financiero de Castilla y León» (artículo 80) y no digamos el clamoroso fracaso del Plan de Convergencia Interior, el instrumento contemplado por el Estatuto para combatir los desequilibrios territoriales internos. Y además de naufragar en sus objetivos esenciales, también ha hecho agua el consenso político (PP-PSOE) que hizo posible la aprobación de esa reforma estatutaria, con lo que el horno está aún para menos bollos.

Para mayor inri, el mismo día del cumpleaños se desvelaban los nombres propuestos por el PP para renovar el Consejo de Cuentas y el Consejo Consultivo. Nada que objetar formalmente al cambio introducido en el Consultivo, que seguirá presidido por Mario Amilivia. Pero el relevo en la presidencia del Consejo de Cuentas supone un ataque letal a la presunción de independencia e imparcialidad de dicha institución. El presidente saliente, Pedro Martín, antiguo Interventor General de la Junta, se despide tras una gestión intachable caracterizada por la profesionalidad y el rigor en la fiscalización de las cuentas publicas. La mejor prueba de su independencia ha sido lo mal que ha venido encajando la Consejería de Hacienda los informes del Consejo.

¿Y qué ha hecho el PP? ¿Buscar otro presidente con el mismo perfil técnico e independiente? No precisamente: Ha colocado en el puesto, sin cortarse un pelo, a Jesús Encabo, justo el procurador de su grupo encargado de defender a la Junta ante los informes del Consejo. Lo que viene a ser poner el lobo al cuidado de las ovejas. Y por su parte el PSOE, para no ser menos, lejos de proponer a independientes con prestigio, ha utilizado su cuota recolocando en ambos consejos a dos políticos amortizados que no tuvieron sitio en las listas en las últimas elecciones autonómicas. Lamentable.

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