TRIBUNA
El programa del PAL
El programa económico con el que el PAL-UL de Astorga expresaba su propuesta a la ciudadanía con motivo de las pasadas elecciones municipales, es muy claro. El PAL-UL es un partido todavía pequeño y en constante crecimiento, no es «franquicia» de otras formaciones que prestan su imagen, alardean de presencia territorial e imponen sus ideas generalistas como un rodillo aunque en nuestros pueblos y ciudades convenga otra cosa. Es un partido «pegado a la tierra» cuyas decisiones no se toman lejos de aquí, que vive el día a día junto a los ciudadanos y conoce sus problemas, sus inquietudes, sus anhelos, sus necesidades. No debe nada a nadie ni es deudor de favor alguno.
Como que conocemos de primera mano cuáles son hoy las prioridades de la ciudadanía y no estamos obligados a pasarlas por el colador de oscuros intereses muchas veces ajenos al fin común, nuestras propuestas tienen una dimensión acorde al problema que tratan de resolver, sin grandilocuencias y sin medias tintas. Se podrá estar de acuerdo con ellas o no, pero lo que propone el PAL-UL en Astorga se pensó en Astorga, por Astorga y ¡exclusivamente! para el bien de Astorga.
En ese contexto, si la situación económica en nuestra ciudad y la de nuestros ciudadanos y empresas es grave, no podemos pretender que el Presupuesto Municipal se siga nutriendo sin freno ni control de las aportaciones de unos y otras. La presión fiscal en Astorga la fueron elevando hasta límites exagerados y ahí quedó, pero ahora ya no se puede muñir más la vaca.
Por eso nuestro programa electoral hablaba de congelación de impuestos y tasas municipales e, incluso, de bajar algunos de esos tributos. Eso proponíamos y eso hemos logrado negociando con el actual equipo de gobierno: los impuestos y tasas en Astorga, por vez primera en muchos años si no la primera en la historia, en términos nominales no van a subir y en términos reales incluso bajarán por no haberse siquiera actualizado con el IPC.
Sin embargo, no deja de sorprender que a este logro del PAL-UL, extraordinariamente beneficioso para nuestros ciudadanos y empresas, algunos franquiciados lo llamen demagógico, pero suponemos que haya algún oscuro interés de por medio para que aquellos que tienen siempre la boca llena con las clases trabajadoras y que dicen defenderlas, estén a favor de subidas de impuestos en Astorga y al mismo tiempo en contra de las que ha establecido el Gobierno en España. Servitudes de las franquicias políticas…
Una única excepción al «incremento cero» se nos ha colado a última hora: mediante decreto, el Gobierno central ha impuesto una subida del 10% del IBI para que los Ayuntamientos tengan más recursos. Esto ha permitido al equipo de gobierno municipal presentar un nuevo borrador de presupuesto que recoge ese incremento de ingresos y consiguientemente de gastos, pero incluso en este caso, el PAL-UL ya ha pensado mecanismos para poder devolver a la ciudadanía ese mismo exceso fiscal, aunque bien es cierto que legalmente es muy complicado hacerlo en este ejercicio.
Nuestra propuesta electoral en materia económica hablaba también de la necesidad de ser austeros y prudentes en la gestión de las cuentas municipales. Precisamente la falta de prudencia, austeridad y buen criterio en la gestión económica del anterior equipo de gobierno nos ha dejado donde estamos: con una deuda viva ¡real! superior a los 5 millones de euros (capital + intereses de préstamos bancarios hasta el 2022), con empresas astorganas proveedoras municipales en peligro de desaparición por falta de cobro de más de un millón de euros, o con unas tensiones de tesorería municipal difíciles de asumir.
Proponíamos, por tanto, eliminar el despilfarro tan habitual en épocas pasadas, el gasto innecesario o improductivo, fomentar el ahorro de recursos. En suma, el eje de nuestra propuesta era adecuar el conjunto del gasto al verdadero nivel de los ingresos ¡sin incrementar la presión fiscal municipal! (impuestos y tasas), y que no se echara mano del sistema contrario; es decir, el recurso fácil de ir subiendo impuestos a ciudadanos y empresas hasta cubrir todo gasto, superfluo y necesario, que se les ocurriera meter en el saco del Presupuesto. Ese, precisamente, ha sido el leitmotiv de nuestra actuación y de las negociaciones con el actual equipo de gobierno, que si bien al principio tenía muy claro que subiría impuestos, luego entró en razón y ha acabado elaborando sucesivos borradores de presupuesto que, salvo detalles discutibles, se acercan más a nuestros postulados. Hemos propuesto una reducción en las retribuciones de los órganos de gobierno y se ha logrado. Propusimos el recorte del Gasto de personal y, aunque de forma más tímida que lo pedido, se ha contemplado. Se pidió contención en el gasto corriente y se ha hecho.
Quedan aún temas pendientes, pero por razones de tiempo y de un conveniente estudio y replanteo deberán ser incluidos en próximos presupuestos y ser abordados a medio y largo plazo, como por ejemplo es el caso del exagerado peso del gasto municipal en áreas o programas de cultura (próximo al 17%), en detrimento de actividades o políticas de estímulo y fomento de la actividad económica en sectores no estrictamente culturales o patrimoniales: industria, comercio, otros servicios, que apenas suponen un 3% del gasto presupuestado. Este reparto de pesos no puede cambiarse de la noche a la mañana, pero sí que promoveremos un cambio de tendencia progresivo, que vaya potenciando un tejido económico alternativo al actual monocultivo turístico de bajo perfil (o de alpargata, para que nos entendamos).
No estamos hablando de subvenciones, porque no están los tiempos para regalar nada, sino de medidas de estímulo y apoyo a la industria (facilitando incorporaciones de nuevos proyectos a nuestro polígono y abaratando suelo), al comercio (apoyándole para que la gente de Astorga y comarca compre en Astorga) y a los servicios (facilitando su rápida implantación reduciendo burocracia y excesos normativos).
Como apuntaba antes, hay aún muchos flecos por discutir. Suficientes como para que podamos afirmar sin titubeos que las propuestas presupuestarias del equipo de gobierno municipal no nos gustan. Tampoco nos gustan ciertas actuaciones de éste que se alejan del discurso de austeridad que nosotros defendemos y que ellos últimamente habían asumido. Actuaciones incoherentes como la edición y distribución de 8.000 calendarios por parte del Ayuntamiento, con un coste de 3.000 euros, a todas luces exagerado y de nula necesidad. Pero ya sabemos: el equipo de gobierno es del signo que es y su grupo político sigue aún hipotecado por inercias de tiempos y personajes pasados, que no han sabido atajar o poner en su sitio por el bien de Astorga.
Aún así, desde el PAL-UL valoramos positivamente el cambio de actitud, abierta ahora al diálogo, la colaboración y el entendimiento, por parte del actual equipo de gobierno y que nos permite trabajar por la ciudad sin más intereses que los de ella misma. Mientras sea de este modo y aun cuando se produzcan los lógicos desencuentros que hasta ahora hemos ido sorteando, tanto el equipo de gobierno como el resto de la oposición nos tienen a su entera disposición para hacer lo que hemos venido haciendo día a día a lo largo de la legislatura anterior y la actual: trabajar duro por Astorga y sus ciudadanos.