La opinión del lector
En recuerdo a Manuel Rodríguez Sánchez
Manolín, te escribo desde la tristeza, en nombre de ese grupo de amigos con los que tanto has compartido. Nosotros, los de Ipaan.
Ya te echamos de menos y sabes que te recordaremos siempre con todo el cariño que nos has dejado a lo largo de tantos años que hemos tenido la suerte de sentirte tan próximo.
Nos queda tu alegría, cuando había que estar alegre; tu seriedad, en los momentos necesarios; tu honradez contrastada y tu valor, sobre todo, en los momentos difíciles que te tocó pelear por ser amigo de tus amigos. Es eso, tú lo sabes; estoy hablando de tu etapa en La Moncloa. Siempre has estado donde debías, en lo bueno y en lo menos bueno.
Estuviste donde pocos pueden decir que han estado y trabajaste para todos, sin presunción, en medio de grandes dificultades e incomprensiones.
Tenías nuestras reuniones, a las que sólo faltabas por imperativo externo a ti, y nosotros te teníamos como uno más gozando de tu sentido del humor, inteligente y mordaz; con el recuerdo de lo mucho pasado con todos, pero especialmente con tu ‘hermano’. Todavía recordamos la relación de tu viaje a Kuwait, cuando trabajabas en la empresa privada, con el cúmulo de prohibiciones absurdas para un occidental que, contadas por ti, eran un cómic. Recuerda cuando dirigiste Lemasa y decías que el anuncio ponía Le-ches Ma-nolo S.A.
Manolín, querido amigo, descansa en paz. Nosotros intentaremos seguir como antes, cuanto tú estabas con tu ejemplo, hasta que nos encontremos contigo, y los anteriores, para seguir celebrando la historia común que empezamos hace más de 30 años.
Quisiera decirte muchas más cosas, pero hoy no puedo. Es demasiada la tristeza que siento, desde la verdadera amitad, como uno más de todos los que te vivimos.