Las botas de Esaú

Un tío simpático Esaú García, jugador de la Cultural. Y un creyente que no esconde su religiosidad. En la fotografía del reportaje de Diario de León aparecía muy risueño enseñándonos el interior de sus botas de fútbol, bajo cuyas plantillas ha colocado sendas medallas de la Virgen del Camino, de la que se confiesa devoto. Así a priori, parece lugar poco ortodoxo para colocarlas, pero una vez superado el elemento sorpresa sólo cabe admirarse de su fe vivida sin inhibiciones. Además, ¿acaso santa Teresa no aseguro que «entre los pucheros anda el Señor ayudándonos en lo interior y en lo exterior»? De Dios sabemos que es del Real Madrid, pero de Nuestra Señora nunca nos constado el equipo. No es por ser aguafiestas, pero para mí que ella, como Doña Sofía, «es más de conciertos». Sea como sea, hoy resulta más fácil toparse con un milagro en un partido de tercera división que en un despacho de la Uefa, donde todo tiende a lo faraónico. El artículo era esos que antes se llamaban «de tipo humano». Y ahora. El alma del hombre sigue siendo campo de exclusivas.

«Cada final de temporada, acompañado por mi madre, vamos caminando a la Virgen del Camino para dar gracias a la patrona por todo lo que me ha ayudado a lo largo del ejercicio deportivo», explicaba. En el fútbol y en la vida hay agradecer hasta las derrotas.

«La Virgen del Camino nos ayudará este año. No tengo la menor duda», afirmaba ufano. Y es que un creyente no puede ser fatalista, pues la felicidad está en el hecho mismo de jugar, todo lo demás es negociable. De todo se sale, hasta del infierno. Y como también escribió la santa abulense: «A veces, derramamos más lágrimas por las plegarias atendidas que por las que por atender». Tan bellas palabras se convirtieron en la cita preferida de Truman Capote.

Pues lo de la ayuda ha sido dicho y hecho. La Cultural ha firmado esta semana con la Diputación un convenio por el que recibirá las subvenciones de las tres últimas temporadas, que sus propios problemas les impedía recibir. «Este dinero nos salva», ha reconocido su presidente. Pues sí, dada la crisis, resulta milagroso. Salvada la temporada por 191.000 euros y quizá también por las botas de Esaú, que han de tener su predicamento.