El Temple en León

Pocos, salvo los muy especialistas, conocen que la primera fortaleza donada a la orden del Temple en la Península Ibérica, lejos de localizarse en Cataluña como pretende la tradición, se situaba en territorios leoneses, hoy del hermano Portugal. Cumple hablar de esta singular Milicia de Pobres Caballeros de Cristo a la sazón pues los españoles, tan acostumbrados a redondas celebraciones, solemos servirnos de las efemérides para añorar tiempos mejores que se fueron. Siempre y cuando parezca prudente su remembranza y no haga pupitas aquí o acullá, como el binomio 711-2011.

Histórico a más no poder es el año en el que nos movemos, 2012, en el que se cumplen siete siglos desde que un Papa, Clemente V, comida su conciencia por el rey de Francia, condenó un 22 de marzo y ratificó un 3 de abril el final de la Orden del Temple, sin duda la más legendaria de las fraternidades caballerescas surgidas en el Medievo, nacidas en plenas Cruzadas, arribadas al Reino de León gracias a los contactos de nuestros caballeros y peregrinos, recordados en las crónicas orientales y olvidados aquí. Pedro de Lara, Fernando de Traba, Rodrigo Gómez, tantos otros que se proclamaron leoneses mientras ensartaban sarracenos en Oriente, y provocaban la admiración, por su valor a toda prueba, hasta del mismísimo Saladino. Porque cuando un leonés se pone a ello, ni un toro embistiendo le para. O al menos así era en tiempos…

A muchos hoy en día sorprende la impresionante estampa del castillo de Ponferrada, la villa que acabó enseñoreada por el estandarte templario hasta 1312, pero cuyos caballeros conservaron vida gracias a que, incluso en tan difíciles momentos, Spain is different, y aquí se respetaron almas, aunque no tanto haciendas, mientras los franceses alegraban sus días al calor de la carne de templario a la brasa.

Ponferrada, con su regia presencia, se ha convertido por antonomasia en el emblema de la Milicia de Cristo, de aquellos caballeros que, bajo la tutela de Hugo de Payns y la regla escrita por San Bernardo de Claraval, dedicaron sus días a defender a los demás. Si en Oriente su objetivo fue el iter a Jerusalén, en España lo será el Camino de Santiago. León, Ponferrada, su fortaleza, el Temple mismo no pueden desligarse entre sí de esta firme matriz.

Restaurada con gusto, preserva siglos de historia entre sus muros y piedras, respira hazañas antiguas y muestra, gracias al buen hacer de un alcalde y a la generosidad del berciano Antonio Ovalle, una colección bibliográfica única en Europa bajo el título de Templum Libri. Se acerca Semana Santa. Días de asueto. Si no han disfrutado con ella, recuerden a través de sus páginas miniadas la historia de aquellos caballeros que un día portaron la Cruz en sus capas y cuya memoria continúa viva gracias a Ponferrada.