Dolores

El Gobierno de Rajoy presentará en Viernes de Dolores los Presupuestos Generales del Estado para este año. La fecha no parece casual. Y no es cuestión de que vayan a ser el comienzo de un calvario para los españoles ni de que nos vayan a hacer la pascua pero bien. Todo apunta a que el día estaba bastante calculado cuando se empezó a barajar la fecha de finales de marzo para la presentación de las cuentas públicas una vez que se cerrasen todos los balances del 2011 para cuantificar la deuda real de las administraciones.

Eso de los calendarios es muy importante y más en estas fechas semanasanteras. Los más veteranos aún recuerdan aquel Sábado Santo que aprovechó Adolfo Suárez para anunciar la legalización del PCE en plena transición. O el simbólico acuerdo del Viernes Santo entre las facciones enfrentadas en el Ulster.

Y también lo hizo bien para sus intereses el andaluz José Antonio Griñán cuando afinó la fecha para las autonómicas. Las alejó todo lo que le permitió la ley de las generales porque sabía que los recortes —aquellos con los que Zapatero justificó el aplazamiento de las elecciones hasta noviembre y que nunca llegó a hacer— iban a llegar y pasarían factura a los populares. Y buscó la vorágine de los pregones semanasanteros y actividades del llamado domingo tortillero que tanto éxito tienen por Andalucía y que bajarían la participación.

El Ejecutivo de Rajoy también gobierna calendario en mano. En diciembre eligió el día 30, en pleno caos navideño para anunciar su ajuste. Y ahora elige el arranque de unas fiestas que mueven a muchas personas de su lugar habitual o que las lleva a realizar actividades que generan una cierta pausa en su seguimiento de la actualidad.

El Viernes de Dolores se conocerán los presupuestos y para León no se aventuran muchas novedades positivas precisamente. Los ajustes y recortes se han ido desgranando y han descarrilado literalmente muchos proyectos. El problema es que para León se avecina una travesía en el desierto de los olvidos si los políticos del PP de la provincia no toman la iniciativa. El domingo es día de palmeros y eso es lo peor que puede sufrir León en estos momentos. No vale la resignación. Después de tanta queja y denuncia pública cuando gobernaban otros es necesario que busquen una resurrección para tanto proyecto crucificado.